El rodio, un metal precioso con importantes aplicaciones industriales, ha vuelto a superar su precio máximo y cotiza actualmente por encima de los 20.000 dólares la onza. En los últimos cinco años, el precio del rodio ha subido más de un 3.000%.
La subida que está experimentando el precio del rodio parece no tener fin. En lo que llevamos de mes, ha subido un 19%, impulsado por la creciente demanda de la industria automovilística, que necesita el metal para cumplir las estrictas regulaciones sobre emisiones contaminantes, y la limitación de su suministro.
El rodio se utiliza en la fabricación de catalizadores para neutralizar las peligrosas emisiones de óxido nitroso de los tubos de escape de los automóviles.
El pasado miércoles, 13 de enero, el metal alcanzó un precio de 20.190 dólares la onza, casi un 19% de subida desde los 16.900 dólares la onza del 31 de diciembre y nada menos que un 3.183% desde los 615 dólares la onza, que era su precio hace cinco años, en 2016.
Eso quiere decir que, al precio actual, un kilo y medio de rodio vale casi un millón de dólares.
Alrededor del 85% del consumo global de rodio lo acaparan los fabricantes de automóviles. Se espera que durante 2021 siga el crecimiento del mercado automovilístico de China, el mayor del mundo, que experimentó una leve contracción durante 2020.
El endurecimiento de las regulaciones de distintos países (China entre ellos) sobre las emisiones contaminantes de los vehículos a partir de 2023 va a situar al mercado del rodio en una situación aún más crítica, ya que supondrá un aumento de la demanda
Para no tener problemas de suministro en esa fecha, muchos fabricantes están adelantando sus compras, lo que está incrementando las tensiones en un mercado cuyo suministro es insuficiente para abastecer la creciente demanda de rodio.
Además, la pandemia de Covid-19 ha perjudicado especialmente a la industria minera de Sudáfrica (el mayor productor mundial de rodio), con el cierre de varias explotaciones y la interrupción del transporte en varias ocasiones durante 2020.
Según los datos de la consultora británica Metals Focus, estas interrupciones, junto a los problemas que han sufrido las instalaciones de procesado de Anglo American Platinum, provocaron que la producción global de rodio (alrededor de un millón de onzas, 31,1 toneladas anuales) cayera el año pasado un 16% en comparación con la cifra de 2019, lo que contribuyó al crecimiento del precio.
La demanda de rodio también se redujo un 10% el año pasado por la caída de las ventas de automóviles, lo que alivió ligeramente la presión en el mercado, que llevaba desde 2012 registrando una situación de déficit de suministro.
Para 2021 se espera que vuelva a registrarse un nuevo déficit de suministro, que traerá consigo una mayor subida del precio del metal.
La escalada del rodio puede atisbar su fin cuando los motores de combustión comiencen a reemplazarse a escala masiva por motores eléctricos. Sin embargo, los analistas creen que este proceso puede llevar aún bastantes años, por lo que el rodio seguirá siendo el metal precioso más caro.