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El precursor del bitcoin: Henry Ford propuso en 1921 sustituir el oro por la energía

Henry Ford

Aunque el oro lleva muchos siglos con nosotros ejerciendo su función de activo refugio y depósito de valor, durante este tiempo han surgido diversos intentos de reemplazarlos con otros tipos de monedas. El bitcoin y las criptodivisas son el último intento por el momento, pero ya en la primera mitad del siglo XX surgieron propuestas mucho más originales que no llegaron a triunfar, porque el oro siempre impone su ley.

Fue en el periodo de entre guerras, en 1921, cuando el empresario automovilístico estadounidense Henry Ford, propuso la creación de una “moneda energética” que sería el centro de un nuevo sistema monetario, con grandes paralelismos con lo que, a partir del año 2008, sería el bitcoin.

La propuesta de Ford se publicó el 4 de diciembre de 1921 en el diario New York Tribune. El fundador de Ford Motor Company, en 1903, proponía reemplazar el oro con una divisa energética que, según su opinión, serviría para impedir que las élites bancarias controlasen la riqueza global y, por tanto, pondría fin a las guerras.

Para ello, proponía construir “la central energética más grande del mundo” y crear un nuevo sistema monetario basado en “unidades de energía”.

Según explicaba Ford, “bajo este sistema monetario energético, el estándar sería una cierta cantidad de energía aplicada durante una hora, que sería equivalente a un dólar. Se trata, simplemente, de pensar y calcular en términos diferentes de los que nos han impuesto los bancos internacionales, a los que nos hemos acostumbrado y no creemos que sea posible otra fórmula”.

Los detalles relativos al valor de esta nueva divisa “se desarrollarán cuando el Congreso se interese por ello”, afirmaba Ford en el diario neoyorquino.

A pesar de que Ford nunca llegó a desarrollar su plan de una divisa respaldada por la energía, la irrupción del bitcoin, en 2008, presenta muchas similitudes con la idea planteada casi un siglo antes.

Desde 2008 se han creado más de 18,8 millones de bitcoin, por medio de un uso intensivo de la energía necesaria para que una serie de ordenadores resuelvan complejas operaciones matemáticas.

Precisamente, una de las críticas que se hacen al bitcoin es la enorme cantidad de energía que se necesita para extraerlo, mayor incluso que la consumida por la propia industria minera del oro.

Respecto a la relación existente entre el oro y la guerra, Ford explicaba que “la mayor perversidad del oro en su relación con la guerra es el hecho de que puede ser controlado. Si eliminamos ese control, detendremos las guerras.

Algunos defensores del bitcoin creen en la capacidad de la criptomoneda para detener los conflictos armados, al reducir la capacidad de los estados para financiar los conflictos por medio de la inflación.

Pese a que un sistema monetario basado en el oro impediría a los gobiernos hinchar artificialmente sus divisas, los “banqueros internacionales”, como explicaba Henry Ford, controlaban la mayor parte del suministro del metal precioso. Este proceso de control y acumulación de metales preciosos permitió a las élites financieras crear un mercado activo para el dinero, que prosperó durante la guerra.

Lo que quedaba del patrón oro fue abandonado en 1971 por decisión del entonces presidente estadounidense Richard Nixon, quien suspendió ‘temporalmente’ la convertibilidad entre el dólar y el metal. Este sistema se extendió hasta que en 1976 se eliminaron todas las referencias que vinculaban a la divisa estadounidense con el oro.

El paralelismo entre la ‘divisa energética’ propuesta por Henry Ford y el bitcoin, creado en 2008 por Satoshi Nakamoto ha sido objeto de numerosos comentarios recientemente en Reddit.

Sin embargo, la conclusión que se puede extraer de ello es que, a pesar de lo novedoso de la propuesta de Ford, el oro siguió siendo la base del sistema financiero durante años.

A pesar de que muchos lo hayan calificado como ‘una reliquia bárbara’, lo cierto es que el metal precioso sigue desempeñando un papel fundamental para los inversores, que no ha logrado aún ser reemplazado por otros activos, llámense energía, bitcoin u otros.

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