La producción anual de oro procedente de la minería se incrementa a un ritmo cada vez menor y llegará un momento en que comience a descender, después de haber alcanzado la cima histórica. Para cuando llegue ese momento, que los analistas denominan como ‘peak gold’, algunas empresas ya estarán preparadas, después de poner en marcha un nuevo negocio: la minería de metales preciosos procedente del reciclaje de aparatos electrónicos achatarrados.
El reciclaje de oro y otros metales preciosos es una fuente de suministro cada vez más importante, que trata de suplir la desaceleración en la producción minera de estos elementos. En 2017 se obtuvieron por este medio alrededor de 1.167 toneladas de oro y, a falta de datos definitivos de 2018, se estima que el oro reciclado se elevó hasta las 1.185 toneladas el año pasado.
La cifra de metales preciosos reciclados es cada vez más importante y muchas empresas ya han olfateado el negocio que hay tras las toneladas de basura electrónica que cada año genera nuestra sociedad de consumo, basada en los avances tecnológicos y la obsolescencia programada.
Según un informe de Naciones Unidas, la basura electrónica crece al ritmo de 50 millones de toneladas anuales. Para 2050, se calcula que la Humanidad generará anualmente 120 millones de toneladas. Así que la materia prima no va a faltar; solo hace falta poner la tecnología al servicio de la recuperación de los metales preciosos presentes en muchos aparatos electrónicos.
Así lo ha hecho, por ejemplo, Evotus, una empresa radicada en Carolina del Norte (EEUU), que va a poner en funcionamiento una planta de recuperación de oro procedente de la basura electrónica en la ciudad de Raleigh, capital de ese estado.
Esta compañía fue fundada en 2015 por miembros de la industria, con el objetivo de contribuir a mejorar la ineficiencia en la cadena de suministros y la recuperación de metales procedentes de ordenadores achatarrados.
Como explican desde Scrap Monster, la nueva instalación de Raleigh utilizará como materia prima, en una primera fase, componentes de ordenadores con un alto grado de concentración de metales, como los procesadores. Se calcula que una tonelada de estos procesadores contiene alrededor de 1.500 gramos de oro. Posteriormente, comenzarán a usarse también otros componentes con menor concentración.
La capacidad inicial de la planta será de unos 230 kilogramos/día. Tras la ampliación de la misma desde los 1.400 a más de 3.700 m2, la planta de Evotus en la capital de Carolina del Norte será capaz de procesar hasta 30 toneladas de componentes al día.
Según los planes previstos, la instalación del equipamiento necesario tendrá lugar a lo largo de este mes de abril, y a principios de mayo comenzarán a llegar cargamentos de basura electrónica para ser procesada.
Como explican desde Scrap Monster, en el proceso de reciclaje se utilizará agua regia (una mezcla de ácidos nítrico y clorhídrico) para disolver el oro, que luego será precipitado de la solución mediante metabisulfito de sodio.
El resto de metales quedará disuelto en la solución de agua regia, que será almacenada para ser procesada más adelante con las tecnologías más modernas.
Según Dereck Ramsell, fundador y CEO de Evotus, la producción obtenida será destinada al mercado local y la inversión inicial ha sido de 1.200 millones de dólares.
En Europa ya existen empresas que se dedican a la extracción de metales preciosos de la chatarra electrónica y que llevan funcionando cerca de una década, como la francesa Morphosis, que ya fue objeto de un anterior artículo en Oroinformación.