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El reciclaje de productos electrónicos, una nueva mina de metales preciosos

Reciclaje de circuitos impresos

El progresivo aumento de la cantidad de chatarra electrónica que se genera en el mundo cada año y el contenido de metales preciosos que existe en estos dispositivos descartados ha hecho que cada vez más empresas estudien la viabilidad económica de crear plantas de recuperación de estos componentes. Importantes multinacionales y casas de la moneda ya se están interesando por este sector de futuro.

El valor de los componentes que se pueda recuperar en este nuevo sector que se ha dado en llamar ‘minería urbana’ es enorme, hasta el punto de que una tonelada de teléfonos móviles tirados a la basura contiene una mayor concentración de oro que una tonelada del mineral procesado en las minas.

Son datos del Programa de Ciclos Sostenibles del Instituto de Naciones Unidas para la Formación y la Investigación (UNITAR). Desde este organismo internacional, con sede en Bonn (Alemania), explican que cada millón de teléfonos móviles contiene hasta 24 kilos de oro, 16.000 kilos de cobre, 350 kilos de plata y 14 kilos de paladio.

Todos ellos podrían reciclarse y reintegrarse al ciclo de producción, reduciendo la cantidad que debe extraerse de las minas para satisfacer la demanda lo que, a largo plazo, constituye un beneficio para el medio ambiente.

En 2019, por ejemplo, se tiraron a los vertederos o se quemaron dispositivos eléctricos y electrónicos que contenían metales recuperables valorados en más de 57.000 millones de dólares, una cifra que supera la del producto interior bruto de muchos países.

Materia prima para el reciclaje no va a faltar, ya que, según los expertos, este año se van a generar casi 60 millones de toneladas de residuos eléctricos y electrónicos. Una cifra que se espera que crezca en unos dos millones de toneladas anuales (3-4%), debido a la alta tasa de consumo de productos electrónicos, que crece a un ritmo del 3% anual, la reducción de los ciclos de vida de los dispositivos y las limitadas posibilidades de repararlos.

Las estimaciones apuntan a que, para el año 2030, la cantidad de chatarra electrónica alcanzará los 74 millones de toneladas.

Glencore

Uno de los últimos proyectos que se han presentado para aprovechar estos recursos y extraer los metales preciosos de la chatarra ha sido presentado por Glencore, la multinacional con sede en Suiza dedicada a la producción y compraventa de materias primas.

El proyecto contempla el establecimiento de una instalación de reciclaje de metales procedentes de la chatarra electrónica en el Reino Unido, que podría estar operativa en un plazo récord de 18 meses.

Solo en el Reino Unido se generan cada año alrededor de dos millones de toneladas de chatarra electrónica, por lo que a la planta de reciclaje de Glencore no le iba a faltar materia prima, aunque se prevé que procese también materiales procedentes de otros países europeos.

De momento, los datos que ha facilitado a Reuters el director de la división de reciclaje electrónico de Glencore, Kunal Sinha, han sido muy escasos: tan solo se sabe que están pendientes de la autorización del Gobierno británico para poner en marcha el proyecto, pero no han precisado el lugar donde se ubicará la planta ni ha ofrecido más detalles.

La compañía ya trabaja desde hace años en el sector del reciclaje electrónico y ha procesado cerca de un millón de toneladas de chatarra electrónica desde que comenzó esta actividad, en la década de los 90 del pasado siglo.

Desde 2019, la compañía es propietaria de una planta de reciclaje situada en Arkansas (EEUU), que planea reformar y ampliar próximamente, dentro de su proyecto de fomentar el reciclaje de metales procedentes de la basura electrónica

Royal Mint

A esta carrera por el reciclaje de los metales preciosos contenidos en la chatarra electrónica se acaba de sumar la Royal Mint británica, que ha anunciado sus planes de construir una planta de reciclaje en Gales que podría recuperar cientos de kilos de oro y otros metales preciosos de dispositivos como teléfonos móviles y ordenadores portátiles.

La propia Casa de la Moneda británica ha anunciado en una nota de prensa que ha llegado a un acuerdo con la empresa canadiense Excir, que ha desarrollado un proceso químico para extraer los metales preciosos contenidos en los circuitos impresos de estos dispositivos electrónicos.

Este proceso permitirá extraer de manera selectiva los metales preciosos con un alto grado de pureza. El reto es pasar de los ensayos a pequeña escala que se están llevando a cabo, a diseñar una planta que sea capaz de procesar cientos de toneladas de basura electrónica al año, lo que permitirá recuperar cientos de kilos de metales preciosos.

Desde la Royal Mint confían en que la planta esté operativa en el plazo de dos años, aunque no han precisado el coste previsto de la instalación.

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