Ni el oro ni el platino: el rodio tiene el honor de ser el metal más caro del mundo y todo apunta a que lo va a seguir siendo durante los próximos años, después de que las principales compañías mineras de este metal hayan anunciado una futura caída de la producción.
El rodio, el metal más caro del mundo, es un subproducto de la producción de platino, por lo que la mayor parte de su producción procede de Sudáfrica, país que es el principal productor mundial de platino.
Según informa Bloomberg, el valor de este metal se ha multiplicado por tres desde 2017 y podría dispararse aún más, debido a la crisis que amenaza a la industria minera del platino en Sudáfrica.
La producción del rodio depende de la del platino, ya que no existen minas específicamente dedicadas a la extracción de rodio. El problema es que algunas de las compañías mineras que extraen platino en Sudáfrica se enfrentan a una complicada situación económica, derivada de la caída del precio del platino, que les va a obligar a cerrar las minas que no sean económicamente rentables.
Hay que recordar que el precio del platino tradicionalmente ha estado situado por encima del precio del oro, hasta que en 2015 se colocaron a la par. En la actualidad, el platino cotiza con un descuento de en torno a los 400 dólares la onza con respecto al oro.
Ello ha provocado un auténtico terremoto en la industria minera del platino de Sudáfrica, que se ve obligada a reorganizar sus explotaciones. El rodio es una de las víctimas colaterales de esta situación: los recortes aprobados por las compañías Impala Platinum Holdings y Lonmin van a reducir la producción mundial de rodio lo que, unido al crecimiento de la demanda del mismo, va a provocar una auténtica “explosión” en los precios, según señalan a Bloomberg desde Heraeus Metals.
Una explosión que podría recordar a la que tuvo lugar hace una década, cuando a cinco años consecutivos de déficit de suministro se le unió una caída de la producción derivada de problemas en el suministro energético de las minas. Ese cóctel provocó un a escalada de precios que elevó el rodio hasta los 10.000 dólares la onza.
En la actualidad, el rodio cotiza en máximos de los últimos siete años: alrededor de 2.350 dólares la onza. Según los analistas, a corto plazo el metal podría superar la barrera de los 3.000 dólares la onza.
Desde Metals Focus apuntan que “el rodio cuenta con un mercado muy pequeño y cuando cambian las condiciones, los stocks son demasiado reducidos como para atender a la demanda. Además, los inversores tienen en mente que el metal llegó a cotizar hace años por encima de los 10.000 dólares la onza”.
Esto plantea un problema a las industrias que utilizan el rodio, un metal que puede resistir altas temperaturas y que supera al resto de los metales del grupo del platino en la eliminación del óxido de nitrógeno de los escapes de los automóviles.
Desde Johnson Matthey, por su parte, estiman que frente al pequeño déficit de suministro que se registró al cierre de 2017, en 2018 se va a producir un pequeño superávit de 68.000 onzas (2,1 toneladas). De cara al futuro, la demanda va a seguir siendo importante, en especial la procedente del sector de la automoción.
Una demanda que, a diferencia de la del platino, no se va a reducir, ya que el rodio se usa, especialmente, en la fabricación de catalizadores para los vehículos de gasolina, cuya cuota de mercado, al contrario que los diésel (en los que se utiliza principalmente platino), va en aumento.