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El segundo mayor depósito de oro de EEUU está en Delaware

El Banco de la Reserva Federal de Nueva York cuenta con las mayores cámaras acorazadas de los Estados Unidos, destinadas a custodiar tanto el oro que forma parte de las reservas estratégicas del país, como el que es propiedad de otros bancos centrales mundiales, como el Bundesbank. Sin embargo, EEUU cuenta con otro gran depósito de metales preciosos, situado en el estado de Delaware, que es mucho menos conocido por el público que el depósito de Fort Knox (Kentucky).

Situadas en la ciudad de Wilmington, la mayor del estado, las cámaras acorazadas pertenecen a varias compañías: First State Depository, Delaware Depository e International Depository Services (la imagen corresponde a lingotes de plata almacenados por esta última). En total, más de 6,1 millones de pies cuadrados (unas 57 hectáreas) de instalaciones destinadas a albergar metales preciosos, que constituyen el depósito más grande de los Estados Unidos, después de Nueva York.

Como explica el presidente de International Depository Services, Alisa Moen, al diario local Delaware Business Times, se trata de un lugar idóneo para una instalación de almacenamiento de metales preciosos, ya que se encuentra en pleno corazón del pasillo de negocios de Estados Unidos y en un entorno con importantes ventajas fiscales: el estado de Delaware no grava la compra o almacenamiento de metales preciosos.

La ubicación tiene las ventajas derivadas de encontrarse fuera de los principales centros políticos y de negocios, como Nueva York o Washington, pero muy cerca de las principales conexiones de transporte del país. Además, el estado de Delaware cuenta con muy pocas amenazas desde el punto de vista meteorológico, ya que no está en una zona de paso de huracanes o tornados, como otros puntos del centro y la costa de los Estados Unidos.

Las tres empresas propietarias de las cámaras acorazadas cuentan con unos sistemas de seguridad muy similares, con cámaras de vídeo, inspecciones, detectores de sonido y vibración, vigilancia continua y muros de cemento reforzado, de 70 centímetros de espesor.

Además de las medidas extremas de seguridad, los metales preciosos depositados en las cámaras están asegurados: First State cuenta con una póliza de hasta 400 millones de dólares y Delaware, un seguro a todo riesgo de Lloyd’s por valor de 1.000 millones de dólares.

En las cámaras se almacenan metales preciosos en formas muy variadas: lingotes, monedas, joyas, monedas de colección (con un valor muy superior al del metal con que están acuñadas) y metales del grupo del platino (platino, paladio, iridio, rutenio, rodio y osmio). Estos últimos se suelen almacenar en forma de “esponja”, un material parecido al polvo.

La necesidad de este tipo de cámaras acorazadas, gestionadas por empresas especializadas, viene a resolver un problema que se planteaba a los poseedores de metales preciosos. Éstos cuentan con tres posibilidades para almacenar el metal: en su propio domicilio, en bancos o en estos depósitos.

Custodiar los metales preciosos en casa es muy costoso, debido a la necesidad de contar con unas medidas de seguridad especiales y una póliza de seguros adecuada. Además, retrasa el proceso de verificación del metal antes de una venta o una subasta y complica el proceso debido a la necesidad de transportarlos.

En cuanto a los bancos, la mayoría de ellos ya no permiten que los clientes almacenen metales preciosos en las cajas de seguridad y cuentan con unas pólizas de seguros muy limitadas, para disuadirles. Tan solo las monedas, de inversión y colección, suelen ser una excepción a esta norma.

Por tanto, solo queda como opción los depósitos de compañías especializadas en la custodia de metales preciosos, que ofrecen una serie de servicios complementarios como ayuda logística y legal, además de la más moderna tecnología de autentificación, por medio de escalas de precisión, microscopios, ultrasonidos y rayos X.

Los costes dependen de la compañía con que se contrate y del volumen de metal que se quiera depositar. En principio, existen dos formas de almacenamiento: segregado o a granel. El primero es el adecuado para piezas de un año o una marca específicas, monedas o productos que tengan un componente sentimental y, como es lógico, tiene un coste mayor para el cliente.

La opción de almacenamiento a granel es más habitual para productos fungibles, entre los que se incluyen bullion y pequeños lingotes que, aunque tienen números de serie diferentes, son del mismo valor y, por tanto, intercambiables.

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