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Encuentran en Inglaterra una pequeña Biblia de oro de la época de Ricardo III

Biblia de oro encontrada en North Yorkshire

Una enfermera aficionada a la búsqueda de tesoros con detector de metales ha protagonizado el hallazgo de su vida, al desenterrar en una granja del condado de North Yorkshire una pequeña Biblia de oro con la imagen de Santa Margarita de Antioquía que, según los expertos, pudo pertenecer a un pariente del rey inglés Ricardo III.

Es frecuente que los numerosos buscadores de tesoros aficionados que recorren los campos y las granjas de Inglaterra encuentren pequeños tesoros, formados por objetos o monedas de cierta relevancia.

En este caso, el hallazgo protagonizado por Buffy Bailey, una enfermera de Lancaster, es especialmente curioso, por la naturaleza del objeto encontrado.

Según informa el diario británico Daily Mail, Bailey estaba realizando una búsqueda con su detector de metales en una granja cercana al Castillo de Sheriff Hutton (North Yorkshire), cuando el dispositivo emitió una señal muy fuerte en una zona cercana a uno de los caminos.

A unos 15 centímetros de profundidad, la buscadora desenterró una pequeña Biblia de oro macizo de entre 22 y 24 quilates, de 1,5 centímetros de anchura y unos cinco gramos de peso.

Los expertos que han analizado la joya (ver detalle en la imagen inferior) estiman que data del siglo XV y se cree que pudo pertenecer a un pariente del rey Ricardo III, último monarca de la casa de York, que reinó entre 1483 y 1485, y que fue derrotado en la Batalla de Bosworth por los partidarios de la casa de Lancaster.

Los expertos han comparado este hallazgo con la llamada ‘Joya de Middleham’, un colgante de oro descubierto por otro aficionado a la búsqueda de tesoros con detector de metales a unos 60 kilómetros del lugar donde apareció la Biblia de oro y cerca del Castillo de Middleham, que fue el hogar donde Ricardo III pasó parte de su infancia.

La ‘Joya de Middleham’ (ver imagen inferior), un colgante de oro con un zafiro de 10 quilates, con la imagen de la Virgen María, la Natividad y 15 santos, se vendió en el año 1992 por 2,5 millones de libras esterlinas. Se cree que tanto ésta como la Biblia fueron grabadas por el mismo artesano y regaladas a un mismo propietario: una pariente del rey que estaba a punto de dar a luz.

Al igual que el famoso colgante de oro, la Biblia encontrada por Buffy Bailey muestra las imágenes de los patrones de los recién nacidos: San Leonardo y Santa Margarita de Antioquía.

El hecho de que se haya encontrado cerca del Castillo de Sheriff Hutton, lugar de residencia habitual de Ricardo III y que, al igual que el colgante, luzca las imágenes de los patrones de los recién nacidos, ha hecho concluir a los expertos que pudo tratarse de un regalo destinado a una mujer allegada al rey que iba a dar a luz, como una especie de amuleto. Hay que tener en cuenta que la tasa de mortalidad de las mujeres en el parto era de entre el 40 y el 60% en la Inglaterra del siglo XV.

Tras desenterrar la joya, la buscadora la mostró a la Richard III Society y ahora mismo está siendo examinada por el Museo de Yorkshire, cuyos expertos han calificado el hallazgo como “de relevancia internacional”.

Los arqueólogos coinciden en que debió tratarse de un objeto de culto, una especie de protección para la mujer a la que se le entregó, y que pudo haber formado parte de un cinturón o un marcapáginas para la Biblia. La persona que encargó la pieza debió ser muy rica, ya que no existe ninguna otra joya similar en el mundo.

Según Julian Evan-Hart, un experto en tesoros y editor de la revista Treasure Hunting, se trata de un artefacto histórico “excepcionalmente único”. En su opinión, la Biblia data de entre 1280 y 1410, cuando la Ley suntuaria prohibía llevar oro a personas que no pertenecieran a la nobleza, lo que apoya la teoría de que perteneció a un miembro de la realeza.

Evan-Hart considera que el estilo de la pieza es claramente similar al de la Joya de Middleham, por lo que es posible que fueran obra del mismo artesano. Se cree que el colgante perteneció a Anne Neville, esposa de Ricardo III; a Cecily Neville, madre del rey; o a su cuñada, Anne Beauchamp.

Los expertos creen que es muy improbable que joyas de semejante valor, como el colgante o la Biblia, se hubieran perdido accidentalmente. Más bien opinan que fueron enterradas para ser recuperadas más adelante, debido a que durante la Reforma anglicana del siglo XVI se prohibieron las imágenes religiosas.

En cuanto al futuro de la Biblia de oro, el Museo de Yorkshire está investigando sobre su procedencia antes de decidirse a buscar fondos para adquirir la pieza, según su valoración por la casa de subastas.

Según la ley británica que regula el hallazgo de tesoros, el importe de la compra de la pieza, una vez descontada la comisión de la casa de subastas, se repartirá a partes iguales entre el propietario del terreno y la persona que encontró la joya.

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