La coalición formada por los partidos italianos Liga (antigua Liga Norte) y el Movimiento 5 Estrellas, que gobiernan actualmente el país, está implementando varias reformas de una manera rápida y costosa como la propuesta de una renta básica o “Reddito di cittadinanza” de 780 euros mensuales y un esquema de pensión nuevo que le permitirá a muchos trabajadores retirarse mucho antes de lo que les era permitido. Siendo Italia uno de los países más endeudados en el mundo, la pregunta clave es, ¿de dónde van a salir los fondos?
La respuesta más obvia sería un aumento de impuestos, pero esta medida sería altamente antipopular en un país que ya está lidiando con uno de los esquemas tributarios más asfixiantes de Europa, nos cuenta el analista italiano y experto en metales preciosos Carlo Alberto De Casa.
Por ello, el gobierno populista parece estar planeando un asalto al botín de Bankitalia, el banco nacional italiano. El país transalpino tiene la tercera reserva de oro más grande del mundo, 2.451,8 toneladas, por detrás de Alemania y Estados Unidos, que no se han tocado jamás en los últimos 20 años.
El diario italiano “La Stampa” publicó recientemente que el gobierno estaría considerando “la opción de vender parte de los 100.000 millones de dólares en oro que posee, que está almacenado en lingotes y monedas en las cámaras de Roma”.
Sin embargo, si el gobierno presidido por Giuseppe Conte decide vender el oro de sus reservas nacionales posiblemente tenga que sortear varios obstáculos.
Las reglas descritas en el Acuerdo de oro del Banco Central solo permitían las ventas potenciales del trimestre pasado durante este año, justo a tiempo antes de octubre del 2020 cuando se vence el presupuesto fiscal italiano.
Pero el gobierno va a tener que diseñar un marco legal para poder lograrlo, lo cual los obliga a establecer quién es el dueño legal de ese oro: ¿es del pueblo italiano o de la Banca de Italia? Una zona gris dentro del sistema legal italiano que podría ser el primer obstáculo.
El gobierno también va a necesitar el apoyo de la dirección de Bankitalia (sede central en Roma, Palazzo Koch, en imagen de portada) y posiblemente del Banco Central Europeo que bajo los estatutos del banco central y acuerdos europeos podría oponerse a la venta. Aparte de esto, lo más probable es que la venta agite a los mercados financieros.
Los traders podrían interpretar esto como una señal de auxilio, señalando claramente la controvertida dirección que intenta seguir este gobierno populista. También es posible que se pudiera ver una reacción negativa en el mercado de renta fija y posiblemente que el bono soberano italiano a 10 años caiga bajo presión.
El oro italiano es un bastión fuerte para el país en las manos de Bankitalia, protegiéndolo de ataques especulativos (y en cierto modo de la Unión Europea). Sin embargo, su venta sería vista por muchos como una interferencia política ilícita hacia la independencia del banco central, el cual como lo dijo el gobernador de Bankitalia, Salvatore Rossi en el 2013, debería de tener “la facultad para actuar como el último responsable de la estabilidad financiera doméstica”.
En caso de llevar adelante la ejecución de este plan para sostener la promesa electoral de una renta básica, ¿le seguirá algún otro país mediterráneo? ¿Se atrevería el gobierno social-comunista español de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias de meter la mano en la cámara acorazada del Banco de España para sacar al mercado sus reservas de oro y con su venta sostener sus planes de mantener una ciudadanía cautiva a costa de «papá estado»?