Uno de los debates que se sigue en estos días en la prensa económica estadounidense tiene que ver con el llamado techo de la deuda estadounidense, que determina el límite de dinero que puede pedir prestado el Gobierno estadounidense. El enfrentamiento entre demócratas y republicanos sobre la elevación de ese límite es habitual. Pero la última propuesta para desbloquear esta situación es de lo más imaginativa: la acuñación de una moneda de platino valorada en un billón de dólares.
La propuesta la analiza Everett Millman, desde el blog Gainesville Coins. Al parecer, la primera vez que se puso sobre la mesa esta posible solución fue con la administración de Barack Obama, como una alternativa de financiación para el Departamento del Tesoro.
Como es lógico, ni el metal más valioso sería suficiente para poder acuñar una moneda cuyo valor fuera de un billón de dólares. En el caso del platino, por ejemplo, el valor de una onza roza los 1.000 dólares.
Otra cosa es el valor facial que se atribuye a las monedas de inversión o bullion, de oro, plata, platino y paladio, que es simbólico. Este valor le otorga a la moneda la condición de dinero de curso legal, aunque lo habitual es que el valor del metal supere con creces la denominación de la pieza.
Sin embargo, como apunta Millman, ahí es donde entra en juego la peculiaridad del platino. Al parecer, un vacío legal existente en la legislación otorga al Departamento del Tesoro estadounidense la potestad de acuñar monedas de platino de cualquier denominación.
Ya existe un American Eagle de platino, cuyo valor facial es de 100 dólares (en la imagen). Pero ese vacío legal permitirá al Tesoro acuñar una moneda de un valor facial prácticamente infinito y, lo que es más importante, sin necesidad de que el Congreso lo apruebe.
La solución al techo de deuda
Las disputas respecto a la elevación del techo de deuda, que han sido habituales en los Estados Unidos durante los últimos diez años, se han recrudecido en los últimos meses, hasta el punto de que la actual secretaria de estado del Tesoro, Janet Yellen, ha suplicado al Congreso que suba el límite para evitar que, literalmente, el Gobierno federal no pueda pagar sus facturas ni los rendimientos de sus bonos.
Como explica Millman, en teoría, la solución a todo ello pasaría por la emisión de una moneda de platino de un billón de dólares de valor facial. La pieza se depositaría en el Tesoro y el dinero podría seguir financiando el Gobierno sin necesidad de aumentar el endeudamiento.
Ésa es la teoría, porque en la práctica eso supondría sacar un billón de dólares de la nada.
Hasta ahora, la administración Biden se ha resistido a utilizar esta fórmula, pero el hecho de que la prensa financiera vuelva a hablar del tema resulta muy significativo.
“Aunque la propuesta parezca una estupidez, el problema que trata de solucionar es muy real. La deuda del Gobierno estadounidense roza ahora mismo los 30 billones de dólares. A escala global, los niveles de deuda respecto al PIB superan el 350%. Incluso dejando al margen los efectos de la pandemia, los niveles de deuda, tanto gubernamental como corporativa, llevan años siguiendo una senda ascendente insostenible”, advierte Everett Millman.
Para este analista, la moraleja de esta historia es que “el Gobierno estadounidense ha abusado de su privilegio como emisor de la divisa reserva del mundo, mientras que los políticos siguen jugando a averiguar quién es más gallina con las finanzas de la nación”.