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Estanflación y política monetaria, claves para que el oro suba a 5.500 dólares a largo plazo

Estanflación

La posibilidad de que la Reserva Federal comience a desmontar su multimillonario programa mensual de compra de bonos a finales de este mismo año sigue siendo el principal factor que limita al precio del oro, que permanece en torno a los 1.750 dólares la onza. Un nivel que podría superar dentro de poco, hasta dispararse muy por encima a largo plazo, según los analistas de un banco de inversión.

En un informe publicado el pasado 5 de octubre, el banco de inversión estadounidense Jefferies Group señaló que el oro y el bitcoin siguen siendo los mejores activos de protección frente a la actual amenaza de estanflación (una combinación de estancamiento económico y aumento de la inflación).

Los analistas de la entidad financiera siguen manteniendo que, a pesar del actual nivel de precios del oro, el metal podría alcanzar a largo plazo los 5.500 dólares la onza.

Según el informe, “esta previsión sale de comparar el precio máximo alcanzado por el oro en 1980, los 850 dólares la onza, con el aumento de los ingresos personales nominales disponibles per cápita en Estados Unidos desde entonces. El precio del oro equivalía en aquel momento al 9,9% de los ingresos disponibles per cápita, que eran de 8.547 dólares. El precio del oro ha subido ahora hasta los 1.757 dólares la onza, equivalente al 3,2% de esos ingresos, que son de 54.671 dólares”.

Sin embargo, desde Jefferies Group puntualizan que a corto plazo, el oro va a seguir siendo vulnerable a la preocupación por el fin del programa de ayudas económicas de la Reserva Federal”.

Los analistas del banco son optimistas respecto al futuro del oro, ya que, en su opinión, los bancos centrales están descubriendo que es más fácil embarcarse en políticas monetarias poco ortodoxas que salirse de ellas: “seguimos teniendo la misma visión a largo plazo que hemos tenido en los últimos años. Y es que los bancos centrales del G7, incluyendo la Reserva Federal, no van a ser capaces de abandonar las políticas monetarias poco convencionales sin problemas y van a permanecer vinculados de una forma u otra a esta expansión de sus balances. Estas políticas van a comprometer a los propios bancos centrales, amenazando la estabilidad y la integridad del sistema monetario basado en el dinero fiat”.

De todas formas, el informe advierte que “hay que insistir en que las inversiones en oro y en bitcoin se consideran más bien como un seguro, no como una inversión a corto plazo. Es una cartera de inversión a largo plazo, que busca un equilibrio entre los riesgos a largo plazo y las oportunidades que existen en el contexto global actual”.

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