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Éstos son los 20 países que extraen más oro

China encabeza la lista de los 20 mayores productores mundiales de oro, con un total de 463,7 toneladas extraídas en 2016, según los datos de Metals Focus, recientemente publicados. Le siguen Australia, con 287,3 toneladas, y Rusia, con 274,4. Estados Unidos y Perú ocupan los puestos cuarto y quinto, mientras que la que fuera gran potencia mundial de la minería del oro, Sudáfrica, ocupa un discreto sexto puesto, con unas cifras de 165,6 toneladas de oro extraídas en 2016 (en la imagen mina de Grasberg, en Indonesia).

Una de las principales conclusiones de la comparación de las cifras entre 2015 y 2016, como apunta el analista Lawrie Williams en sharpspixley.com, es que el pasado año no fue precisamente histórico en cuanto a las cifras de extracciones: apenas un 1,1% más que el año anterior.

La buena noticia es que la producción minera de oro sigue aumentando, y se espera que lo haga también a lo largo de 2017, marcando el noveno año consecutivo de crecimiento.

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El incremento de la producción ha sido uniforme entre los mayores productores de oro, con la excepción de Estados Unidos, que ha aumentado su producción en un destacable 5%.

Por el lado contrario, Argentina (-7%), Indonesia y Chile (-5%), además de Perú (-3%) y México (-2%) han sido los países que han reducido su producción.

En el caso de China, el mayor productor mundial de oro es también su mayor consumidor, aunque la diferencia entre ambas cifras supone que las importaciones de oro tienen que cubrir el hueco que existe entre la producción propia y las necesidades de consumo de oro: el país produjo en 2016 un total de 463,7 toneladas de oro (un 1% más que en 2016), pero consumió 975 (un 6,7% menos que en el año anterior).

Pero si esto supone un quebradero de cabeza para las autoridades chinas, a pesar de las ingentes reservas con que cuentan, más lo debe ser para las autoridades de otros países como India y Turquía.

El caso de la India es paradigmático, ya que es el segundo mayor consumidor mundial de oro. Las previsiones apuntan a que para 2017, la demanda de oro del país se situará entre las 750 y las 859 toneladas.

El problema es que la India apenas tiene producción propia y, por supuesto, no figura entre la lista de los 20 países mayores productores de oro. Lo que significa que tiene que cubrir esa demanda casi íntegramente con importaciones que, en 2016, representaron un gasto de alrededor de 30.000 millones de dólares, solo por detrás de lo que el Gobierno indio se gastó en importar petróleo.

Desde el Gobierno indio tratan de corregir este desequilibrio con un plan de reciclaje del oro que está en manos de los templos y los ciudadanos que, por el momento, no ha ofrecido los resultados esperados.

El caso de Turquía es muy similar: es el cuarto consumidor global de oro, con un 6% de la demanda global. Sin embargo, su producción minera apenas roza las 30 toneladas anuales, a pesar de que su territorio contiene ingentes reservas de este metal. Cuestiones administrativas y las condiciones impuestas por el Gobierno limitan el interés de los inversores por acceder a los derechos de prospección en su territorio.

Ello obliga al país a cubrir el déficit de oro con importaciones. Además, el Gobierno turco, al igual que el de la India, está tratando de movilizar el oro que los ciudadanos atesoran en sus casas por medio de la puesta en el mercado de varios productos de inversión. Una iniciativa reciente que habrá que ver qué resultados ofrece.

Un caso aparte es Sudáfrica, país que, durante muchos años, encabezó esta clasificación de los países con mayor producción minera de oro. En la actualidad, el país ocupa el sexto puesto, con 165,6 toneladas de oro extraídas en 2016, la mitad de la cantidad extraída en 2006, cuando lideraba la lista.

Entre las principales causas del declive de la minería de oro en el país se encuentran los problemas laborales y la necesidad de nuevas inversiones para rentabilizar las minas.

La producción mundial de oro es uno de los factores que determinan la evolución del precio del metal, junto con el nivel de demanda. Como explica Gabriel Ruiz, presidente de Sociedad Española de Metales Preciosos de Inversión (SEMPI), cuando la producción baja y aumenta la demanda, «buena parte de los inversores van a ir a parar al oro físico, cuya demanda está aumentando de forma espectacular. De hecho, hay momentos del año en los que existen listas de espera para que las refinerías puedan dar servicio a sus clientes”, apunta el experto en el mercado de los metales preciosos, quien asegura que la combinación entre la fuerte demanda y la reducción de la oferta, unidas a la situación geopolítica, va a provocar que, a largo plazo, el oro siga subiendo de precio.

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