Uno de los mayores misterios del mercado de la plata, que los analistas no consiguen desentrañar, es la aparente desconexión existente entre el precio de este metal y el estado del suministro y demanda. Unas magnitudes que, en condiciones normales y como sucede con otros metales preciosos, determinarían en gran parte la evolución de sus precios pero que, en el caso de la plata y, especialmente desde la crisis financiera, no lo hacen.
Como explican desde Gainesville News, incluso a pesar de que la demanda de plata ha sido consistente, tanto por parte de los inversores como del sector industrial, el precio del metal apenas se ha movido de una horquilla entre 15 y 20 dólares la onza, desde hace años.
Pese a ello, la plata acumula una subida del 17% desde el mínimo que registró en el año 2016. Un periodo en el que el oro se ha revalorizado mucho más, en comparación: en concreto, un 24% desde las cifras de hace dos años.
Por ello, la ratio oro/plata (el número de onzas de plata que se necesitan para adquirir una de oro) se encuentra cerca de su nivel máximo, favorable al oro, de la última década.
Lo curioso del caso es que, según los datos de The Silver Institute, la demanda de plata creció en 2017, al tiempo que descendía el suministro. Una dinámica que, en condiciones normales, sería la receta perfecta para que creciera el precio.
Resulta llamativo que la ratio oro/plata esté ahora mismo en una magnitud muy favorable al oro, en un momento en que la demanda de plata procedente de la industria es cada vez mayor.
A diferencia del oro, que se recicla una y otra vez, cerca de la mitad del suministro de plata anual es consumido por el sector industrial, lo que provoca que el crecimiento anual del suministro en realidad no sea tan alto como indican las cifras.
Además, los últimos datos apuntan a una caída del suministro, que se redujo en 2017 por segundo año consecutivo, después de 13 años seguidos de crecimiento de la producción.
Teniendo en cuenta estas favorables condiciones del mercado, ¿por qué la plata sigue estando infravalorada? Según el artículo de Gainesville News, la clave está en que este déficit de suministro no tiene apenas influencia.
El problema está en que el mercado mundial de la plata es muy pequeño, en comparación con el del oro. Y por ello es más susceptible de verse influido por las maniobras de grandes inversores institucionales, que realizan operaciones de elevada magnitud con el objetivo de influir sobre el precio del metal. Es lo que ha sucedido con las ingentes cantidades de plata que compró JPMorgan.
Esta influencia del banco de inversión norteamericano en el mercado mundial de la plata ha sido calificada por muchos como una teoría de la conspiración, ya que las posiciones de JPMorgan en el mercado de la plata son públicas y notorias. Pese a ello, no se puede negar que haya tenido influencia en el precio del metal.
La conclusión es que, por un motivo u otro, el precio actual de la plata es una ganga que los inversores prudentes deberían aprovechar para aumentar sus posiciones en este metal antes de que empiece a subir.