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Pensiones y aumento del número de parados: los dos grandes problemas actuales

Estamos a las puertas de las cuartas elecciones generales en los últimos 4 años, tras la inutilidad galopante de los resultados de las realizadas el pasado mes de abril. En los debates con los cabezas de lista de los partidos mayoritarios siguen escondiéndose en el presumiblemente partido ganador, cuyo presidente se mantiene en funciones desde el pasado año, dos de los asuntos más controvertidos de los últimos tiempos: el futuro de las pensiones y el abrumador aumento del número de parados.

Los datos positivos en el ámbito laboral y los negativos en el de las pensiones han fluctuado desde la moción de censura a Mariano Rajoy, forzada y ganada por Pedro Sánchez con la ayuda de la extrema izquierda y los independentistas vascos y catalanes. Eso ocurrió en junio de 2018.

Desde entonces la “cosa económica” va en declive. Los datos del paro alentadoramente positivos del anterior gobierno del PP se han ido desinflando con el transcurso de los meses gracias a la ineficacia del “eterno” y actual gobierno en funciones.

Para colmo, se repite la “astucia” de la ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño, corroborada por el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, de que no hay ni una brizna de recesión económica en el horizonte. Aserto reafirmado en tribuna pública por Pedro Sánchez antes de irse de vacaciones a Doñana el verano pasado.

Segundo Gobierno socialista que niega la desaceleración económica, como ocurrió en 2008 con Pedro Solbes y José Luis Rodríguez Zapatero. Y eso que, en ambos casos, se escuchaban los derrumbes en todos los sectores, mientras se producían por el resto de países de la Unión Europea.

Ciegos y sordos estos socialistas cuyos ejecutivos estaban y están rodeados de tropecientos asesores inteligentísimos. “Total p’a ná”, que diría Mota.

El caso es que, llegados a estas fechas, a tan solo días de las nuevas elecciones generales del 10 de octubre, el balance laboral del actual presidente del gobierno en funciones, Sr. Sánchez, es el siguiente: el número de parados se duplica, el empleo se frena y la precariedad empeora.

Por lo que se refiere al sistema de las pensiones, no hay nada nuevo y sigue siendo financieramente insostenible.

En un reciente debate televisivo con micrófonos abiertos a los cabezas de lista del PSOE, PP, Ciudadanos, Unidas Podemos y Vox, apenas se debatió la situación de los casi 9 millones de jubilados actuales y de los que vendrán paulatinamente en los l0 próximos años. Del pacto de Toledo al “pacto de silencio”.

Bien es cierto que Albert Rivera, de Ciudadanos, se refirió a la denominada hucha de las pensiones como “totalmente vacía”. Antes de la crisis la hucha de las pensiones tenía 66.000 millones, ahora tiene 5.043 millones, a los que habría que restar los 3.000 millones que la ministra de Trabajo ya ha anunciado que tendrá que sacar para la extra de Navidad. Así que para cuando termine el año, aunque muy mermada, habrá todavía 1.500 millones de euros. Total, un suspiro.

Tan solo una propuesta seria, aunque no guste a muchos: “Con la desaparición de las Autonomías habría dinero suficiente para mantener y elevar las pensiones durante muchísimos años”, Abascal dixit.

El presidente del Instituto de Actuarios de España, Gregorio Gil de Rozas dijo recientemente que “Cada euro de pensión de jubilación tiene un coste de 1,28 euros”. Por ello, Gil de Rozas reclamó al Gobierno que salga de las urnas el 10 de octubre una “reforma integral del sistema que contemple ajustes que sean aplicados «de forma gradual», de forma que los mayores recortes recaigan sobre aquellos que tienen «más tiempo de adaptación: los jóvenes”.

Muchos analistas a ambos lados del Atlántico coinciden en que “el ahorro para la jubilación se hace más necesario que nunca”.

Y no cabe duda que el oro y la plata, los metales preciosos pueden ser una excelente elección de bienes de confianza para el futuro. Así lo creen miles de empresas y trabajadores, autónomos o no, estadounidenses, canadienses, chilenos, etc. que confían en planes dirigidos de ahorro sustentados en oro y plata a los que denominan IRA.

Según un reciente estudio del BBVA “Mi jubilación”, consideran fundamental comenzar a ahorrar cuanto antes ya que adelantar las aportaciones destinadas al retiro ayuda a que el esfuerzo sea gradual y también minimiza el riesgo de llegar a la vejez con menos dinero del que sería necesario para mantener nuestro nivel de vida.

Así, el proceso de ahorro para la jubilación debería comenzar desde el momento en que comenzamos a trabajar y a tener un salario todos los meses. En base a cálculos de BBVA, si se empieza a planificar la jubilación a los 25 años, se podría disponer de una renta complementaria a la pensión pública de 1.145 euros. En cambio, si este programa de ahorro se retrasa a los 40 años, la renta mensual disminuiría a 450 euros.

En compañías especializadas en la comercialización de metales preciosos de inversión, como es el caso de Sempi Gold España, hay diversos planes de ahorro a futuro que pueden poner algo de tranquilidad en nuestras cuentas, como es el caso Programa Patrimonial Polivalente.

En resumen, mientras la desconfianza en nuestros gobernantes y sus políticas de creación de empleo y el mantenimiento del poder adquisitivo de nuestras pensiones aumenta, deberíamos ir sopesando la imperiosa necesidad de confiar nuestro futuro en la elección del sistema que consideremos más fiable y, sobre todo, rentable. El oro físico es una muy acertada elección.

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