A pesar de la disparatada subida del precio del bitcoin durante 2017, los grandes ejecutivos de la banca de inversión estadounidense siguen mirando con recelo a la criptomoneda y no admiten comparación con el oro.
Si hace unas semanas era el CEO de JPMorgan, Jamie Dimon, el que expresaba sus reservas respecto al bitcoin, ahora se suman a esta opinión importantes ejecutivos de Goldman Sachs, que señalan que no hay pruebas de que la subida del bitcoin vaya a afectar de alguna manera a la demanda de oro.
Son las palabras de Jeffrey Currie, responsable de investigación sobre commodities del banco, quien aseguró esta semana al diario británico Financial Times que los tipos de inversor del bitcoin y el oro son muy diferentes, y que la falta de regulación que afecta a la criptomoneda constituye un obstáculo para los inversores tradicionales.
Aun así, el precio del bitcoin ha registrado unas ganancias espectaculares durante el mes pasado, en especial la víspera del lanzamiento de la plataforma de futuros de bitcoin, por parte de CBOE Global Markets, que ha coincidido además con un desplome del precio del oro.
Sin embargo, el ejecutivo de Goldman Sachs ha asegurado que el oro y el bitcoin tienen características diferentes y que la evolución reciente de los precios de ambos es una consecuencia de la naturaleza de la demanda de ambos activos.
“En nuestra opinión, el bitcoin está atrayendo a inversores más especulativos que el oro”, argumentó el jefe de commodities de Goldman Sachs, quien explicó que los fondos de los ETF se encuentran en su punto más alto de los últimos cuatro años y que no existe ninguna prueba de “un éxodo masivo de inversores en oro hacia el bitcoin”.
“A pesar de que la falta de liquidez y la enorme volatilidad puedan atraer a ciertos inversores hacia el bitcoin, no va a ser a aquellos que buscan la diversificación y la protección de su patrimonio por medio del oro”, señaló.
Una opinión que comparte el propio CEO de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, quien advirtió, hace 10 días, que cree que aún es pronto para que el banco considere adoptar una estrategia respecto al bitcoin, ya que “no cree que constituya un depósito de valor”.
Blankfein ha señalado en más de una ocasión que “no se siente cómodo” con la criptomoneda.