Los analistas del banco de inversión estadounidense Goldman Sachs han emitido sus predicciones sobre el precio de las commodities para los próximos tres, seis y 12 meses. Respecto al oro, desde la entidad son moderadamente optimistas en cuanto a la evolución de su precio durante el año 2017, con unas previsiones a corto-medio plazo, para los próximos tres y seis meses, de alrededor de 1.200 dólares la onza, un poco por debajo de la cotización actual, que ronda los 1.245 dólares.
Más optimista es su visión a medio plazo, para los próximos 12 meses: su previsión es de 1.250 dólares la onza, en los niveles en que se están moviendo actualmente los precios del metal.
En su análisis, desde Goldman Sachs se declaran “relativamente agnósticos” en cuanto a posicionarse a favor o en contra de la inversión en oro, y ofrecen argumentos para pensar tanto en un mercado alcista como en uno bajista.
Las razones de una posible debilidad por parte del oro vienen dadas por las tres sucesivas subidas de los tipos de interés en Estados Unidos previstas para 2017 por la Reserva Federal (según el análisis, hay un 80% de probabilidades de que los tipos de interés se incrementen en junio); y un moderado incremento de los tipos reales (descontando la inflación), lo que situará una cierta presión sobre el precio del oro, ya que los tipos reales y el oro, al ser competencia directa, experimentan movimientos contrarios.
Por otro lado, las razones que sustentan una opinión favorables respecto a la evolución de los precios del oro durante 2017 son, según Goldman Sachs: una desaceleración, en la segunda mitad del año, de la subida de los precios de las acciones; el incremento de los riesgos geopolíticos en el mundo, como las perspectivas electorales en varios países europeos, que podrían afectar a la integridad de la UE y al euro, o las posibilidades de que se impongan restricciones al comercio internacional; y la creciente incertidumbre sobre la política y la economía en los Estados Unidos bajo la nueva administración Trump.