El oro se ha revalorizado un 14% en lo que llevamos de año y, a juzgar por la opinión de los analistas, aún tiene recorrido al alza. El banco de inversión Goldman Sachs ha vuelto revisar al alza sus previsiones al respecto y cree que podría superar la barrera de los 2.000 dólares la onza en el plazo de 12 meses.
El temor a una devaluación de las divisas y la incertidumbre económica derivada de la crisis del coronavirus van a permitir que la subida del precio del oro, que alcanza ya el 14% desde comienzos de año, se prolongue durante los próximos meses.
Así lo esperan desde el banco de inversión estadounidense Goldman Sachs, que en un reciente informe volvía a revisar al alza sus previsiones de precios para el oro. La entidad ha elevado de 1.600 a 1.800 dólares su previsión a tres meses; de 1.650 a 1.900 dólares a seis meses; y cree que el oro podría llegar a 2.000 dólares la onza en 12 meses, en vez de los 1.800 previstos en su anterior informe.
Según los analistas de Goldman Sachs, “al margen de la incertidumbre política, creemos que el temor a una devaluación es el principal factor que va a impulsar el precio del oro en un entorno posterior a la crisis como el que tenemos ahora”.
Esta posible devaluación del dólar (la divisa en la que se expresa el precio del oro), aumentaría el poder adquisitivo de los posibles consumidores de oro en los mercados emergentes (especialmente China y la India).
Esta circunstancia, unida al levantamiento de las medidas de confinamiento en la mayoría de los países, podría incrementar la demanda de oro.
Teniendo en cuenta el shock sin precedentes sufrido por la economía a causa de la pandemia de Covid-19 y la respuesta por parte de los bancos centrales, queda por ver cómo será la recuperación y a qué nivel podría llegar la inflación.
Según el informe, “para que el precio del oro llegue a los 2.000 dólares la onza va a ser necesario que la inflación supere la cifra del 2% prevista por la Reserva Federal, y que no se produzca ninguna reacción política a ello”.
Desde la Reserva Federal advirtieron que los precios reaccionarán de manera similar a como lo hicieron en 2013, si la inflación no hace acto de presencia en el proceso de recuperación de la economía global.
De momento, la política de tipos bajos anunciada por Jerome Powell, presidente de la Fed, hasta al menos 2021, así como las medidas de estímulo de la economía van a provocar un aumento de la demanda de oro, un activo que los inversores consideran como una protección frente a la inflación y la devaluación monetaria.
Estas medidas de estímulo adoptadas por los bancos centrales para afrontar la crisis económica posterior al Covid-19 han permitido que el precio del oro se haya revalorizado un 14% en lo que llevamos de año. El pasado viernes, 19 de junio, el metal cerraba la sesión en la London Bullion Market Association (LBMA) a 1.734,75 dólares la onza.
En cuanto a la plata, desde Goldman Sachs también son optimistas respecto a su evolución y han revisado al alza sus previsiones de precio, desde 13,5 a 19 dólares la onza a tres meses; de 14 a 21 dólares a seis; y de 15 a 22 dólares la onza a 12 meses.