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Hallazgo en Inglaterra: un denario de plata del «emperador» Carausius

El Reino Unido es un escenario habitual de hallazgos de tesoros numismáticos por parte de aficionados que recorren los campos con detectores de metales. El último de estos casos ha tenido lugar en el condado de Hampshire (Inglaterra), donde se ha desenterrado una rarísima moneda del siglo III d. C.

Según informa el diario local Hampshire Chronicle, el pasado mes de noviembre, Richard Patterson, un buscador de tesoros aficionado, miembro del Club de Detectores de Hampshire encontró una moneda romana de plata, acuñada en el siglo III d. C., de una rareza excepcional.

Se trata de uno de los pocos denarios conocidos del llamado “emperador” Carausius, un militar romano y fugaz gobernante de las Islas Británicas (entre los años 286 y 293), quien protagonizó una curiosa historia de independencia de Britania, que bien puede considerarse como el primer “Brexit” de la Historia.

Es una pieza única, no solo por el hecho de tratarse de una de las pocas monedas conocida de este curioso emperador, sino también por el hecho de tratarse de una moneda perfectamente acuñada, posiblemente una de las primeras realizadas con un troquel nuevo, y que se encuentra en un excepcional estado de conservación.

Es posible que nunca llegara a circular, por lo que se trata de uno de los denarios mejor conservados que se han encontrado. Una pieza similar, también extremadamente rara, fue adjudicada en una subasta de 2012 por 74.781 dólares.

Estaba previsto que la pieza fuera subastada a finales del pasado mes de febrero, aunque no ha trascendido precio de adjudicación. Según los expertos, podría alcanzar entre 9.700 y 12.400 dólares, debido a su excelente estado de conservación, la escasez de piezas similares y el escaso margen de tiempo en el que fue acuñada.

Una de las virtudes de la numismática es que las monedas son testigos vivos de la Historia, que se transmiten de generación en generación, llevando consigo la historia de quienes las acuñaron.

En el caso de esta pieza, una de sus virtudes es que permite recordar un periodo de la historia de Europa que muchos desconocían hasta ahora. Carausius fue un militar romano de gran talento pero humildes orígenes, nacido en Menapia, una región situada entre los ríos Waal (afluente del Rin, en la actual Holanda) y Escalda (Bélgica).

A Carausius se le encomendó el mando de la flota del Canal de la Mancha, con el objetivo de controlar las incursiones de los piratas procedentes de Britania que amenazaban las costas del norte de Francia.

No se sabe si fue por su abuso de autoridad o por falsas acusaciones, pero el comandante cayó en desgracia y se dictó una orden de arresto contra él. Convencido de que la única forma de escapar a la pena de muerte era encabezar una revuelta, se estableció en territorio britano y forjó alianzas con los escotos y los pictos, pueblos bárbaros que poblaban lo que hoy es Escocia.

Gracias a estas alianzas logró derrotar al ejército del gobernador romano de Britania, Quintus Bassanus. Gran parte de sus legionarios se integraron en el ejército de Carausius, quien se aprovechó de su perfecto conocimiento de las aguas que rodeaban Britania, de la existencia de numerosas fortificaciones en la costa y del hecho de que el entonces emperador romano Maximiano estuviese muy pendiente de la guerra en torno al Rin. Ello le permitió asentar su gobierno e imponer su filosofía, para la que adoptó buena parte de las instituciones del Imperio Romano, a las que admiraba.

Por supuesto, una de sus primeras decisiones fue ordenar la acuñación de monedas de oro y plata (áureos y denarios, respectivamente) con su efigie. Las escasas monedas que se han hallado de este periodo despertaron la perplejidad en la comunidad numismática, ya que contienen referencias literarias en el exergo (parte inferior de la moneda).

En ellas figura la leyenda “RSR”, que durante muchos años se consideró un misterio. En sendos medallones de Carausius que se conservan en el Museo Británico, aparecen las leyendas “RSR” e “INCPDA”, respectivamente. En 1998 se averiguó que estas letras representaban el sexto y séptimo versos de la Cuarta Égloga de Virgilio (“Redeunt Saturnia Regna”, “Iam Nova Progenies Caelo Demittiur Alto”). Un poema muy conocido en el mundo romano, cuyas siglas podían ser fácilmente identificadas por cualquier ciudadano romano culto.

Se trata del único emperador romano que ha hecho una referencia tan explícita a la literatura en la acuñación de sus monedas, un hecho si cabe más extraordinario teniendo en cuenta que se trataba de un emperador rebelde de una remota provincia como Britania que intentaba apelar a sus fieles y presentarse como depositario de las grandes virtudes y tradiciones del Imperio Romano que estableciera Augusto en las últimas décadas del siglo I a. C.

Sin embargo, la aventura de Carausius no duró mucho: en el año 293, los emperadores Diocleciano y Maximiano se repartieron el poder y encomendaron a Constancio I que recuperara los territorios perdidos en el Oeste. Constancio expulsó a Carausius de la Galia, aterrorizó a sus aliados los francos y redujo su esfera de influencia a Britania.

Gracias a las intrigas urdidas desde Roma, Carausius fue asesinado por su primer ministro, Allectus, quien se hizo con el poder, aunque solo pudo disfrutarlo durante tres años, hasta que fue derrotado por el ejército de Constancio, que invadió Britania y acabó con los vestigios del reinado de Carausius.

(Imágenes del Hampshire Chronicle)

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