Japón ha puesto en marcha la recoleta de smartphones, tablets o cámaras de cuyos componentes sacará el material para fabricar las medallas de los próximos Juegos Olímpicos.
Hasta el verano de 2020, la ceremonia inaugural será el 24 de julio de ese año, el comité olímpico necesita acumular unas ocho toneladas de metal, para lo cual es necesario reunir varios millones de dispositivos móviles, de los que se extraerán concretamente 40 kilogramos de oro, 2.920 kg de plata y 2.994 kg de bronce, lo suficiente para construir 5.000 medallas, con las que premiar a los mejores de las 324 competiciones programadas, en 33 deportes diferentes.
Desde el pasado mes de abril se han instalado contenedores de recogida de equipos electrónicos para este fin, en un total de 2.400 tiendas en todo el país, ya que las medallas serán fabricadas con materiales reciclados en su totalidad.
Todos los ciudadanos que entreguen equipos electrónicos para su reciclaje recibirá un código QR que les permitirá seguir el proceso de elaboración de las medallas olímpicas.
Tradicionalmente las sedes olímpicas reciben donaciones de las empresas mineras con los metales necesarios para elaborar las distintas preseas de oro, plata y bronce. Pero en esta ocasión, Tokio ha querido desmarcarse y apostar por el reciclado. Cabe destacar que las medallas olímpicas no son 100% del metal que representan desde 1912. Actualmente necesitan tener un mínimo de 6 gramos de oro; un 95% de plata y cobre; o 96% de cobre y estaño.
En los JJ.OO. de Río 2016, las medallas ya tenían una parte de metal reciclado, pero la ambiciosa propuesta de Japón se merece la medalla de oro al reciclado para el comité organizador en Tokio de la mayor cita deportiva de la historia.