La subida del precio del oro ha despertado no solo la codicia de los inversores, sino también de quienes quieren hacer con el preciado metal por medios ilegales. El valor que ha adquirido el metal provoca que no solo sea objeto de deseo en sus formas más puras (lingotes, monedas, joyas) sino que se esté robando hasta el mineral que lo contiene.
Según ha informado la Western Australia Police Force, un hombre de 48 años comparecerá el próximo 4 de octubre ante los tribunales, acusado de poseer mercancía robada u obtenida de forma ilegal.
Todo comenzó en marzo de 2018, cuando detectives de la Unidad de Detección del Robo de Oro de la policía de Australia Occidental iniciaron una investigación sobre actividades ilegales relativas al oro en la zona de Kalgoorlie, famosa por sus minas de oro, en especial la mina Super Pit.
La investigación concluyó el 12 de marzo del año pasado con la detención del sospechoso en su domicilio de Williamstown (cerca de Kalgoorlie, Australia Occidental), tras un registro en el que se han hallado 20 cubos de mineral aurífero, con un peso total de 598 kilos (ver imagen tomada por la Policía de Australia Occidental).

El análisis del mineral reveló que contenía un alto porcentaje de oro, por lo que solo podía proceder de una mina comercial. En el momento de la intervención policial, el oro presente en el concentrado estaba valorado en unos 30.000 dólares, aunque tras la subida, el precio actual estaría por encima de los 37.500.
Está previsto que el acusado comparezca este viernes, 4 de octubre, ante el Tribunal de Magistrados de Kalgoorlie, que le juzgará por posesión de propiedad robada.
Como explican desde la Policía de Australia Occidental, el robo de oro ha sido una práctica muy habitual en las minas de Kalgoorlie desde que comenzaron a explotarse, a finales del siglo XIX. Los mineros sacaban a escondidas todo el oro que podían, unos hurtos que se consideraban parte de los privilegios de la profesión.
El robo de oro era una práctica muy lucrativa, contra la que poco podían hacer las compañías mineras y la policía local, incapaces de hacer frente a la enorme cantidad de denuncias que recibían.
El problema creció hasta tales niveles que en 1906 se creó una Comisión Real para abordarlo, de la que resultó la formación de un Escuadrón contra el Robo de Oro, en 1907. Estaba formado por agentes de policía y financiado por la Cámara de Minerales y Energía, con el objetivo de perseguir a los ladrones, traficantes y contrabandistas de oro.
Desde entonces, este grupo, actualmente conocido como Gold Stealing Detection Unit (GSDU, por sus siglas en inglés) se ha labrado una enorme reputación en la industria del oro de Australia Occidental por sus éxitos en la lucha contra el robo de oro, con innumerables operaciones tanto a nivel nacional como internacional.
Australia Occidental es la región más importante en cuanto a producción de oro y aporta el 75% del oro extraído cada año en el país. En 2018 produjo unas 250 toneladas de oro, que proporcionaron unos beneficios para el estado de más de 12.000 millones de dólares.