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La agonía de la industria minera sudafricana

La subida de los precios del oro pone en el punto de mira de los inversores a las compañías mineras, la evolución de cuyas acciones depende de su producción esperada. En especial, se siguen con interés las cifras de las compañías mineras de países como Australia, Estados Unidos y Canadá, que ocuparon el segundo, cuarto y quinto puestos en la lista de mayores productores de oro en 2016.

Una clasificación que, hace no tantos años, lideraba, y con diferencia, la República Sudafricana, que contaba con las mayores minas de oro del mundo. Hace una década, en 2006, Sudáfrica era el mayor productor mundial de oro, con 8,75 millones de onzas. En 2016, la producción era de casi la mitad de lo extraído entonces: apenas 4,5 millones de onzas, lo que le situaba en el séptimo puesto del mundo.

La caída no es sino la continuación de un declive que había comenzado muchos años antes. De hecho, en 2001 la producción de oro del país se elevó a 12,9 millones de onzas (402 toneladas) y en 2016 apenas se extrajeron 4,5 millones (140 toneladas).

Entre las principales causas de este declive están las cuestiones laborales: las difíciles relaciones entre las compañías mineras y los sindicatos han elevado los costes laborales y han provocado diversos retrasos y huelgas que han afectado a la producción.

Sentencias como la recientemente dictada por los tribunales de Sudáfrica, en la que declaran la ilegalidad de una huelga minera, ofrecen una luz de esperanza, ya que permitiría una mejora de la producción en los próximos años. De hecho, según el US Geological Survey, Sudáfrica cuenta aún con 193 millones de onzas en su subsuelo, el tercer mayor depósito del mundo, cerca de los dos países que lideran la clasificación, China y Rusia.

La situación de la minería de oro en Sudáfrica contrasta con el estado de la producción de otro mineral clave en el país: el cromo. Sudáfrica sigue siendo el principal productor mundial, con más de 14 millones de mineral de cromo en 2016, el 46% de la producción mundial.

Un sector, el del cromo, que no ha sufrido el declive del oro durante los últimos años: mientras la producción de oro ha caído un 65% desde 2001, la de cromo ha crecido en ese mismo periodo un 155%.

Ello sugiere que los problemas de la industria del oro son específicos de ésta, y no de la industria minera en general. Y uno de estos problemas es la especial beligerancia de los sindicatos de los mineros del oro. Por eso, la reciente sentencia de los tribunales sudafricanos es un punto de inflexión, según los analistas, para recuperar la producción.

A ello va a contribuir también la aparición de nuevos operadores en el mercado de la minería, como Sibanye Gold,que están dispuestos a afrontar estos problemas (en la imagen, mina de Driefontein, de Sibanye Gold).

Una de las características de la industria minera es su carácter cíclico. Por eso, si las reformas son capaces de enderezar el rumbo de la industria minera del oro sudafricana, podrían volver los días de gloria.

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