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La banca mueve más oro del que tiene en realidad

Uno de los principales argumentos que se utilizan para demostrar que la negociación de títulos referenciados al oro, como los ETF, constituye un mercado irreal y susceptible de explotar en cualquier momento, es el hecho de que los bancos negocian cientos de veces con el mismo oro. En otras palabras, que el llamado “oro papel” que hacen circular es decenas de veces superior al que realmente custodian en sus cámaras acorazadas.

En un artículo publicado en King World News, el analista Egon von Greyerz pone el dedo en la llaga: “lo que está ocurriendo no tiene nada que ver con los mercados reales o con la oferta y demanda reales. Lo que estamos presenciando es cómo los gobiernos tratan de ocultar su manipulación de la economía y la política monetaria. También estamos viendo cómo los bancos están negociando con el dinero de sus clientes hasta entre 20 y 50 veces por encima de sus fondos reales, para evitar que los poseedores de títulos referenciados al oro o la plata dejen de fiarse y reclamen la entrega de sus metales. Porque el día que eso suceda y que tengan que sacar los lingotes de oro y plata, el juego habrá terminado”.

Según Von Greyerz, los bancos no poseen suficiente oro o plata para cubrir ni siquiera una parte del papel emitido: hay cientos de onzas de oro y plata papel por cada onza real. “El problema es que los banqueros no son los únicos culpables. Los gobiernos también lo son. Los bancos occidentales poseen oficialmente 30.000 toneladas de oro. Pero ninguno de ellos ha realizado nunca una auditoría física de su oro”, apunta.

De hecho, la última auditoría que se hizo a las reservas de oro de los Estados Unidos data de 1953, durante la presidencia de Eisenhower. Y los bancos de los países occidentales han estado liquidando durante las últimas décadas gran parte de sus reservas de oro.

Según explica el artículo, el oro que los bancos no han vendido, lo prestan o lo negocian en el mercado, para sacarle un beneficio. La mayor parte de estos préstamos tienen lugar a través del London Bullion Market Association (LBMA) o en Nueva York. “Así que un banco central podía poner parte de su oro en el mercado, aunque los lingotes permanecían físicamente en Londres o Nueva York. Pero eso cambio en la década de 2000: los grandes compradores son China y la India, y ninguno está interesado en mantener el oro custodiado en Londres o Nueva York, sino que quieren trasladarlo físicamente”, explica.

La práctica habitual es enviar los lingotes de 400 onzas desde Londres a refinerías suizas para que lo fundan en lingotes de 1 kilo, que se exportan desde Suiza a los compradores en China, la India y Rusia. Por eso puede parecer que el Reino Unido es el principal exportador de oro.

Sin embargo, las consecuencias de estas operaciones son importantes para los bancos occidentales, ya que el oro que pusieron en el mercado ya no existe: se ha fundido en lingotes de un kilo y vendido en Asia. “Occidente nunca recuperará su oro físico. Lo único que tienen es un pagaré de un banco que nunca será capaz de entregar el oro al que se había comprometido”, señala Von Greyerz.

La cuestión es que nadie sabe en realidad cuánto oro libre de cargas queda en las cámaras acorazadas de los bancos occidentales, ya que no se han realizado auditorías. Según el propio Von Greyerz, parece bastante improbable que lleguen siquiera al 50% de las 30.000 toneladas que señalan los datos oficiales. “Los inversores y naciones que comprenden cómo funciona este sistema piramidal no van asustarse, porque saben que quienes tienen el oro físico, tienen el poder. Sin embargo, no sólo es una cuestión de poder, sino de la confianza de que el oro físico va a proteger a la gente que entiende el verdadero significado de poseerlo”, advierte el articulista.

Los que sí van a sufrir son los más débiles, los especuladores que compran y venden el oro a préstamo, porque cuando se pide prestado contra tu propio oro o plata, éste deja de pertenecerte para pasar a ser propiedad del banco o el prestamista.

Pero los especuladores no tienen nada que ver con la conservación del patrimonio: simplemente compran cuando sube y venden cuando baja. “Eso es pura especulación. El oro y la plata se compran para que sirvan de seguro contra los principales riesgos de la economía y el sistema financiero. En una época en la que los gobiernos imprimen dinero sin límite y amplían sus créditos hasta el infinito, los metales preciosos son los únicos activos que van a mantener su poder adquisitivo y preservar la riqueza. Pero para ello deben estar almacenados en un país políticamente seguro y fuera del circuito bancario”, apunta Von Greyerz.

Según el articulista, los inversores que buscan en los metales preciosos una forma rápida de hacer dinero están muy equivocados y quedarán desprotegidos cuando llegue la mayor crisis financiera de la historia, “que se avecina en los próximos años”.

El ejemplo de China

El artículo también explica la razón por la que China ha estado acumulando oro físico en grandes cantidades desde 2008, durante la crisis financiera. China sabía lo que se avecinaba y que el sistema financiero occidental no iba a sobrevivir a la masiva impresión de billetes con la que los países trataban de salvar el sistema. También sabían que la crisis de 2006-2009 era un simple ensayo, y por eso empezaron a incrementar sus reservas de oro.

De los países orientales, solo India y Turquía contaban con importantes reservas de oro al comienzo de la crisis, en 2006, poco menos de 2.000 toneladas en total. China empezó a comprar oro a mayor escala en 2008. Desde entonces, ha acumulado 15.000 toneladas.

Las compras conjuntas de China, India, Rusia y Turquía desde 2005 han sido de 27.400 toneladas. Eso significa que los cuatro países han absorbido, en los últimos 12 años, la totalidad de la producción minera mundial. Han demostrado que conocen los riesgos que amenazan al sistema financiero global y saben que el oro es la mejor protección contra estos riesgos.

La conclusión del artículo es contundente: “los inversores occidentales deberían seguir el ejemplo de Oriente y seguir acumulando oro y plata a los ventajosos precios actuales. No tengo ninguna duda de que en los próximos años el oro y la plata van a multiplicar el precio actual”.

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