La localidad alpina de Davos, en Suiza, acoge una nueva edición del Foro Económico Mundial que, anualmente, reúne a lo más florido de la economía, las finanzas, la política y las personas más influyentes del planeta. De ahí que se mezclen nombres como George Soros, JP Morgan, Donald Trump o Greta Thunberg.
Son muchos los asuntos a tratar en las decenas de reuniones, comisiones y foros dentro del Foro, aunque como casi siempre son los “casuales” encuentros de pasillo, o los discretos meeting en las suites presidenciales, los que determinan el factor favorable de la presencia en Davos.
Previamente a la celebración de esta 50 Edición, las acciones asiáticas se pusieron en total alarma cuando las preocupaciones sobre el impacto económico de un brote de coronavirus en China agotaron el apetito por el riesgo.
Este desarrollo desfavorable no podría llegar en un momento más crítico, ya que se espera que muchas personas viajen dentro de China antes del año nuevo lunar. El brote ciertamente presenta un riesgo económico para el gigante asiático y sus vecinos cercanos, especialmente si el turismo, los viajes aéreos y otras industrias se ven afectadas.
La precaución de Asia debería llegar a los mercados europeos antes del Foro Económico Mundial en Davos. Los líderes empresariales, los pesos pesados financieros y los políticos de todo el mundo discutirán temas clave relacionados con el cambio climático y los negocios sostenibles. Podría haber algún movimiento en los mercados de valores si se discuten los desarrollos comerciales globales y los riesgos geopolíticos durante la cumbre.
El oro seguirá siendo el principal destino para los compradores de refugio seguro esta semana, ya que los acontecimientos en China y la precaución ante el sentimiento de riesgo de la cumbre de Davos afectan. El metal precioso se cotiza alrededor de 1.566 dólares y podría desafiar hasta los 1.580 dólares la onza si se intensifica la aversión al riesgo. Una ruptura sólida arriba probablemente abrirá las puertas hacia la ansiada cifra de 1.600 dólares la onza, precio con el que Davos pondría un broche de lujo al fin de la 50 edición de esta cumbre mundial.