Tras mantener unos días en su nivel más alto de los últimos cinco meses, el precio del oro ha sufrido una corrección que lo ha devuelto al entorno de los 1.800 dólares la onza, después de haber rozado los 1.870. Algunos analistas aconsejan a los inversores que aprovechen esta caída del precio para aumentar sus posiciones en oro, ya que para comienzos de 2021 se espera una nueva subida de precios.
La última caída del precio del oro puede constituir una oportunidad de compra, ya que la Reserva Federal estadounidense, todavía pendiente de la posible continuidad de Jerome Powell como su presidente, no tiene ninguna prisa para reemprender las subidas de los tipos de interés
Según un informe publicado el pasado 19 de noviembre por Standard Chartered, el precio del oro va a subir durante el primer trimestre de 2022, debido a la creciente presión de la inflación y a la bajada de los rendimientos reales de los bonos.
“Creemos que la mayor parte de los factores contrarios al oro ya han sido descontados, desde la fortaleza del dólar al calendario de retirada de los programas de apoyo por parte de la Fed, y los precios se han mantenido en niveles altos. Aunque reaparecieran estos factores desfavorables, existen muchos otros factores como la elevada inflación, las expectativas de bajada del dólar y el hecho de que los rendimientos reales permanezcan en territorio negativo, que sugieren que la caída en el precio debería ser una buena oportunidad para comprar”, asegura en el informe Suki Cooper, analista de metales preciosos del banco.
Desde Standard Chartered estiman que el precio del oro promediará los 1.875 dólares la onza en el primer trimestre de 2022, lo que representa una subida del 3% con respecto al precio del metal el pasado lunes, 22 de noviembre.
Como apuntan desde Kitco News, El oro cayó por debajo del nivel crítico de los 1.835 dólares la onza después de que la Casa Blanca anunciara que el presidente Joe Biden nombrará a Jerome Powell para un nuevo mandato al frente de la Reserva Federal.
La caída del precio del oro coincidió con una nueva subida del dólar hasta su máximo anual. Los contratos de futuros con entrega en diciembre cotizaban a 1.816,60 dólares la onza, después de haber perdido cerca de un 2% en la sesión.
Según la analista del banco británico, aunque el oro ha reaccionado a la fortaleza del dólar, la correlación entre ambos está comenzando a romperse, por lo que resulta más adecuado contemplar la relación entre el metal precioso y los rendimientos reales de los bonos.
“El oro ha estado siguiendo de cerca al dólar durante la mayor parte del año, con la correlación a tres meses subiendo por encima del 70% en alguna ocasión. Aunque esa relación sigue siendo importante, se ha reducido hasta el 30% durante las últimas dos semanas. En cambio, la correlación a tres meses del oro con respecto a los rendimientos reales de los bonos se ha reforzado, acercándose al 50%, mientras que con los rendimientos nominales ha subido hasta el 60%. Esto resulta positivo para el oro, ya que el movimiento en los rendimientos reales sugiere posteriores subidas del metal”, asegura Cooper.
En su opinión, el oro ha estado respondiendo a la amenaza que supone el crecimiento de la inflación, que posiblemente se agravará con la publicación, a finales de esta semana, del dato del índice de Gasto de Consumo Personal, que estiman en una subida del 4,2% anual, el más alto desde 1991.