El precio de la plata lleva tiempo estancado en torno a los 24 dólares la onza. Sin embargo, diversos analistas creen que sus perspectivas son mejores que las del resto de los metales preciosos, dada su doble condición de metal precioso y materia prima industrial. Precisamente, el crecimiento de esta demanda industrial puede convertirlo en el auténtico metal del futuro.
En un informe publicado el pasado 7 de septiembre por Guardian Vaults, compañía australiana de custodia de metales preciosos, su responsable de desarrollo de negocio, John Feeney, señala que, a pesar de su deslucida actuación, la plata debería atraer la atención de los inversores, porque está claro que la Reserva Federal estadounidense no va a modificar su política monetaria a corto plazo, especialmente tras el decepcionante dato de empleo del mes de agosto.
Según Feeney, “cualquier día, los mercados se darán cuenta de que la Fed no puede endurecer su política monetaria y normalizar los tipos de interés sin provocar importantes consecuencias negativas. La pesada carga de la deuda de los gobiernos, las empresas y los individuos descansa sobre el hecho de que los tipos de interés no suban (…). El mundo se ha vuelto adicto a la deuda barata y el dinero gratis, así que va a ser difícil quitárselo”.
Aunque la actual política monetaria global (con un entorno de tipos de interés bajos, programas multimillonarios de apoyo a la economía y subida de la inflación) es favorable a los metales preciosos, según Feeney es la demanda industrial lo que va a convertir en líder a la plata.
El informe subraya que la energía solar fotovoltaica ha sido un pilar esencial en la demanda de plata, y que el mercado de vehículos eléctricos representa un sector crítico para el crecimiento del metal.
“La plata no debería considerarse como una ‘reliquia bárbara’, sino como el metal del futuro, ya que su utilidad para la industria va a crecer con la mayor adopción de las energías renovables y el aumento de cuota de mercado de los vehículos eléctricos. La plata cuenta con una historia monetaria que sigue vigente. Los inversores también recurren a veces a este metal como activo refugio, así que su precio se beneficia en gran medida de la demanda monetaria. Pero consideramos que el principal factor que influirá en la demanda futura es la enorme cantidad de aplicaciones industriales y el crecimiento del sector de los vehículos eléctricos”, apunta el informe de Guardian Vaults.
Según los datos de The Silver Institute, se espera que la demanda de plata por parte del sector de vehículos eléctricos alcance los 90 millones de onzas (2.800 Tm) para el año 2025.
Dado que el suministro de plata se presenta muy estable de cara a los próximos años, desde Guardian Vaults ven probable que se registre un notable déficit en el mercado de la plata durante los próximos años, gracias a la proliferación de los vehículos eléctricos.
En vez de centrarse en la volatilidad a corto plazo de la plata, Fenney señala que los inversores deberían fijarse en los factores que propician una subida del precio del metal a largo plazo.
“Las caídas puntuales en el precio deberían interpretarse como oportunidades, ya que los fundamentos a largo plazo del metal no cambian. La plata es un metal único que no puede reemplazarse fácilmente por una alternativa cuando el objetivo es maximizar la eficiencia eléctrica. Los inversores deberían confiar en los factores favorables a largo plazo que benefician al mercado de la plata, que son incluso más poderosos que los que impulsan al oro”, concluye el informe.