El precio del oro registró su máximo de todos los tiempos los días 5 y 6 de septiembre de 2011, en la LBMA, con 1.895 dólares la onza. Algunos analistas creen que las condiciones que se dieron en aquel momento para que el oro alcanzara ese máximo podrían repetirse en 2019, dando lugar a otra importante subida del precio del metal.
Según el explica Clyde Russell en una columna de opinión publicada por Reuters, los tres factores sobre los que se sustentó la prolongada subida del precio del oro justo desde el comienzo de la recesión, en 2008, hasta el año 2011, en que se registró su máximo histórico, podrían repetirse en 2019, rompiendo los estrechos niveles en los que ha cotizado durante los últimos cinco años y comenzando una subida que podría volver a acercarlo a aquellos niveles.
Entre 2008 y 2011, el oro casi triplicó su precio, subiendo hasta los 1.895 dólares la onza a principios de septiembre en la London Bullion Market Association, mientras que el precio spot llegó hasta los 1.920,30.
Esa subida se apoyó, según Russell, en tres pilares: una robusta demanda física por parte de los dos principales compradores (China e India); importantes compras por parte de los bancos centrales; y un importante apetito por parte de los inversores, que recurrían al oro como activo refugio ante la recesión global.
La combinación de estos tres factores permitió al oro obtener unas sólidas ganancias antes de verse envuelto en una burbuja impulsada por los especuladores que perseguían ganancias a corto plazo.
De los tres factores, tan solo uno (las compras de oro por parte de los bancos centrales) ha permanecido en los mismos niveles desde 2011. Ni la demanda por parte de China e India ni la inversión en oro como valor refugio han recuperado los niveles que se registraron entonces.
En el primer caso, la subida de precios redujo la demanda física desde los países compradores. Y en el segundo, fue la recuperación de la economía global la que provocó que los inversores recurrieran a otros activos con mayor rentabilidad, como bonos o acciones, y se alejaron del oro, ya que no necesitaban un refugio.
Todo esto provocó que, desde comienzos de 2014, el precio del metal se haya estado moviendo en un rango de entre 1.050 y 1.380 dólares la onza.
Sin embargo, en opinión de Clyde Russell, existen indicios suficientes como para pensar que el precio del oro podría rebasar el límite superior de este rango en los próximos meses.
Una de las razones es el debilitamiento del dólar, una circunstancia que suele redundar en beneficio del oro, especialmente si la razón que lo provoca es un retroceso en las expectativas de nuevas subidas de tipos de interés y la preocupación ante una posible ralentización del crecimiento económico.
Precisamente esto es lo que puede estar sucediendo ahora, después de que el presidente de la Reserva Federal estadounidense, Jerome Powell, haya dado a entender que este organismo sería más paciente a la hora de encarar el ajuste en su política monetaria.
Además, la preocupación por la ralentización del crecimiento económico mundial está aumentando: China está empezando a sentir en su economía los efectos de la guerra comercial con los Estados Unidos, mientras que las cifras en Europa y EEUU también se están debilitando.
“Si esta situación persiste o se incrementa, los inversores occidentales van a aumentar sus compras de oro como protección”, asegura Russell.
De ello, el columnista opina que ya existen pruebas de que esto está ocurriendo: a principios de enero, el SPDR Gold Trust, el mayor fondo mundial de ETF en oro, alcanzó su nivel máximo de los últimos seis meses.
Crece la demanda en China e India
Por otra parte, también hay signos de que la demanda física de China, el mayor comprador mundial de oro, se está recuperando. Sus importaciones vía Hong Kong crecieron un 28% en noviembre pasado (37,87 toneladas, frente a las 29,63 de octubre), un crecimiento que no se había registrado desde julio de 2018.
Este dato constituye un importante indicativo del estado real de la demanda en China, que no publica sus cifras oficiales.
Por lo que respecta a la India, segundo mayor consumidor mundial, también está incrementando su demanda, coincidiendo con el final de un periodo de mayor austeridad (Khar Mass, entre el 16 de diciembre y el 14 de enero) y la llegada de la temporada de bodas.
Según las cifras correspondientes el tercer trimestre de 2018, publicadas por el Consejo Mundial del Oro, la demanda creció en ambos países un 10% respecto al mismo periodo de 2017.
Los bancos centrales siguen comprando
Los bancos centrales siguen manteniendo su protagonismo como factor que apuntala la subida del precio del oro. Durante el tercer trimestre del año pasado, las compras netas se elevaron a 148,4 toneladas, un 22% más que en el mismo periodo del año anterior.
De hecho, y también según las cifras del Consejo Mundial del Oro, el sector oficial compró en los nueve primeros meses de 2018 solo 23,2 toneladas menos que las 374,8 de todo el año 2017.
“Mientras los tres pilares de la demanda de oro continúen actuando a la vez y el suministro se mantenga en las mismas cifras, es muy probable que el oro continúe subiendo. El único riesgo es que las numerosas disputas y controversias que rodean a la administración Trump comiencen a resolverse, lo que provocaría una mejora de las perspectivas económicas globales”, concluye Russell.