La demanda global de oro creció hasta las 1.234 toneladas, un 34% más que en el mismo trimestre de 2021 y la cifra más alta registrada desde el cuarto trimestre de 2018. Estas 1.234 toneladas han superado en un 19% la media registrada durante los últimos cinco años.
La demanda de oro ha iniciado el año 2022 pisando fuerte. Según los datos del informe Gold Demand Trends correspondiente al primer trimestre del año, publicado por el Consejo Mundial del Oro, la demanda total de metal precioso por parte de todos los sectores fue de 1.234 toneladas entre enero y marzo de este año.
Una cifra que supera en un 34% la registrada en el mismo periodo del año pasado, además de ser un 19% mayor que la media trimestral de los últimos cinco años.
En un trimestre en el que el precio del oro en dólares subió un 8% (su mejor trimestre desde el segundo de 2020), la demanda se disparó a causa de dos factores principales: por un lado, la inestabilidad geopolítica y el temor entre los inversores generados por la guerra en Ucrania; y por otro, la subida de la inflación a niveles que no se alcanzaban hace décadas.
Uno de los sectores que más ha contribuido a este aumento de la demanda ha sido el de los ETF de oro, que han registrado la mayor entrada de capitales en este trimestre desde el tercero de 2020, impulsada por el deseo de los inversores de posicionarse en un activo refugio como el metal precioso.
La cantidad total de oro en ETF creció en 269 toneladas en el primer trimestre de 2022, compensando la caída de 174 toneladas netas que se registró en el año 2021.
Por su parte, la demanda física (lingotes y monedas) fue de 282 toneladas en el primer trimestre, un 20% menos que en el mismo periodo de 2021, pero un 11% por encima de la media trimestral de los últimos cinco años.
Los nuevos confinamientos que se han registrado en China y la subida del precio del oro a niveles históricamente altos en Turquía han contribuido a esta caída interanual de la cifra de inversión física.
El sector de joyería ha perdido impulso durante este primer trimestre y su demanda se ha reducido un 7% interanual, hasta las 474 toneladas, debido a la caída de la actividad de este sector en China y la India, los dos mayores mercados mundiales.
Los bancos centrales añadieron un total de 84 toneladas de oro a sus reservas oficiales durante este primer trimestre. Unas compras netas que más que duplicaron las del trimestre anterior, pero fueron un 29% inferiores a las del primer trimestre de 2021.
Por lo que respecta al sector tecnológico, mantuvo la estabilidad en el inicio del año, con una demanda de 81,7 toneladas, la mayor en un primer trimestre desde el año 2018, impulsado por un modesto aumento del uso del oro en el sector de la electrónica.
En cuanto al suministro, la producción de oro procedente de las minas fue de 856 toneladas, un 3% más que en el primer trimestre de 2021. Factores como la recuperación de la actividad de la minería china tras los cierres de explotaciones por motivos de seguridad o el aumento del grado de concentración del mineral procesado propiciaron este aumento.
El suministro de oro procedente del reciclaje aumentó hasta las 310 toneladas (un 15% más que en el mismo trimestre de 2021) y el mejor trimestre para la actividad de reciclaje en los últimos seis años.