La demanda global de oro creció un 2% en 2016, hasta las 4.308,7 toneladas. La demanda de joyería y las compras por parte de los bancos centrales decrecieron respecto al año anterior, mientras que la demanda de lingotes y monedas se mantuvo estable, en 1.029,2 toneladas, gracias al crecimiento experimentado en el cuarto trimestre del año.
Son las principales conclusiones que arroja el Informe de Tendencias en el Consumo de Oro 2016, publicado por el Consejo Mundial del Oro (WGC, por sus siglas en inglés) el pasado 3 de febrero, y que repasa la evolución de la demanda del oro en los distintos sectores durante el pasado año 2016.
Un año en el que el precio del oro creció un 8% con respecto a 2015, aunque a finales de septiembre ese crecimiento era de un 25%, que se redujo en el último trimestre, a raíz del discurso conciliatorio de Donald Trump y la subida de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal estadounidense.
Para el mercado de inversión en oro, el pasado año puede calificarse de excelente, a tenor del 70% de aumento de la demanda, lo que supone alcanzar su nivel más alto desde 2012.
Por lo que se refiere a la inversión en oro físico, las cifras de demanda se mantuvieron más o menos en el mismo nivel que en el pasado año: 1.029,2 toneladas, un 2% menos que en 2015. Una leve caída que el Consejo Mundial del Oro atribuye a la debilidad de la demanda durante los tres primeros trimestres, debido a la acusada subida de los precios. Sin embargo, el cuarto trimestre, cuando los inversores aprovecharon la bajada de precios para comprar, fue el mejor en este aspecto desde el segundo trimestre de 2013.
China e India
Un final de año creciente en cuanto a la demanda de lingotes y monedas, que se ha debido en gran parte al último trimestre protagonizado por China, cuya demanda creció un 86% en el cuarto trimestre de 2016 con respecto al mismo periodo de 2015, elevando su demanda anual hasta las 284,6 toneladas, la cifra más alta desde 2013.
Cuatro han sido los factores, según el Informe del Consejo Mundial del Oro, que han influido en este crecimiento de la demanda en China: la caída del precio del oro desde los 288 yuanes/gr. a 259 yuanes/gr.; el temor a una burbuja inmobiliaria por las nuevas restricciones a la compra de propiedades; la depreciación del yuan respecto al dólar en un 7%; y las compras anticipadas de cara al Año Nuevo, que se celebra el 28 de enero.
Por su parte, el 2016 ha sido más bien complicado en la India, por las modificaciones regulatorias, la escasez de ahorro entre la población rural por las pobres temporadas del monzón en 2014 y 2015, y los elevados precios del oro durante la mayor parte del año. Todo ello redujo la demanda de lingotes y monedas a sus niveles más bajos desde 2005. La situación mejoró un poco en el último trimestre, debido a una buena temporada del monzón (la mejor en tres años) y a la caída de los precios del oro desde las 30,94 rupias/10 gr. hasta las 29,71 rupias/10 gr.
Las ventas de cara a la temporada de festividades crecieron un 30% respecto a 2015, y se esperaba que la tendencia continuara durante los meses de noviembre y diciembre. Pero la decisión del Gobierno de Narendra Modi de ilegalizar por sorpresa los billetes de 500 y 1.000 rupias, el 8 de noviembre, acabó por romper el mercado. En ese momento se desató un frenesí comprador de oro en las horas inmediatamente posteriores, que duró poco. La falta de liquidez posterior hizo que las ventas se desplomaran.
Europa y EE UU
En Europa, la demanda alcanzó las 196 toneladas, un 11% menos que en 2015, pese a lo cual Europa se ha mantenido como el segundo mayor comprador de lingotes y monedas del mundo (ver gráfico).
También en este mercado se ha registrado un acusado repunte en el cuarto trimestre del año, protagonizado sobre todo por Alemania, Suiza y Austria, los tres principales compradores europeos. En Alemania, por ejemplo (país cuyos ciudadanos tienen muy claro el carácter de refugio del oro), hubo un repunte de las ventas de lingotes pequeños en vísperas de Navidad. Según el Informe, circunstancias como “el fantasma de los tipos de interés negativos, la crisis migratoria y la niebla de la incertidumbre del Brexit” contribuyeron a aumentar la demanda, aunque el principal catalizador fue la caída de los precios a partir del mes de octubre.
En los Estados Unidos, la demanda de lingotes y monedas alcanzó las 93,2 toneladas, su nivel más alto desde 2010, alentada por la incertidumbre respecto a las políticas monetarias globales y las expectativas de nuevas subidas de los tipos de interés. Muchos inversores aprovecharon la caída de los precios que siguió a la victoria de Donald Trump en las elecciones.
El año 2016 ha arrojado también cifras positivas respecto a la demanda de ETF y otros productos similares referenciados en oro (lo que se conoce como oro papel), que alcanzó un récord de 532 toneladas.
Joyería y bancos centrales
No fue, en cambio, un buen año para el sector de la joyería, cuya demanda global cayó un 15% en el conjunto del año. Los dos principales mercados de este sector, China e India, redujeron su demanda en un 17 y un 22%, respectivamente, lo que supuso una reducción de 347 toneladas respecto a 2015. De ellas, 273 toneladas se deben a la caída de ambos mercados asiáticos.
Por lo que respecta las compras por parte de los bancos centrales y otras instituciones, fueron de apenas 383,6 toneladas en 2016, un 33% menos que en 2015. Las compras estuvieron lideradas por Rusia, China y Kazajstán, que aglutinaron el 80% de las compras totales del año.
De todas formas, las compras se ralentizaron respecto a las de los últimos años, alcanzando su nivel más bajo desde 2010, lo que el Consejo Mundial del Oro atribuye a la presión sobre las reservas en divisas.
Por su parte, en el sector de la tecnología la demanda cayó un 3% en el pasado año. El suministro global creció un 50%, con un importante avance del reciclaje (+17%) y de los saldos netos de ventas a futuro (+95%).
La producción minera permaneció casi en las mismas cifras que en 2015, con un avance de 3 toneladas: 3.236 frente a 3.233. En opinión del Consejo, el año 2016 ha supuesto una revitalización de las exploraciones, que podrían conducir a un mayor número de proyectos en los próximos años, gracias al incremento de las inversiones previstas.Cp