El alto precio alcanzado por el oro durante la segunda mitad de 2019 ha provocado una caída de la demanda de metal en México hasta las 18 toneladas, que es la cifra más baja de los últimos cinco años.
La demanda de oro en México disminuyó un 4% en 2019, hasta las 18,1 toneladas, con respecto a la cifra registrada un año antes. La cifra es la más baja registrada en los últimos cinco años, según los datos del Consejo Mundial del Oro.
La mayor parte de esta cifra corresponde al sector de la joyería, cuyo consumo fue de 16,6 toneladas, un 1% menos que el año anterior y en la línea de los últimos años.
Más acusada fue la caída en el sector de inversión en oro físico, es decir, compra de lingotes y monedas: en 2019 la cifra apenas llegó a 1,4 toneladas, un 30% menos que las 2 toneladas de 2018 y la cifra más baja desde el año 2010.
Esta cifra reduce el consumo de oro per cápita de los ciudadanos mexicanos a 0,1 gramos, la mitad de lo que venían consumiendo en los dos años anteriores.
La responsabilidad de esta caída del consumo es de la subida de precio del metal, que promedió los 1.392,6 dólares la onza en 2019, el precio anual más alto desde el año 2013.
A falta de los datos de producción por países de 2019, que próximamente presentará el Consejo Mundial del Oro, hay que recordar que México fue el décimo mayor productor de oro en 2018, con un total de 115 toneladas, un 3,4% menos que las 119 toneladas producidas en 2017.
El mejor año de la última década para la minería de oro mexicana fue 2015, en el que la producción alcanzó las 131,6 toneladas.
Las dos minas de oro más productivas del país son las de Morelos (10,8 Tm en 2018) y la de Peñasquito (8,5 Tm). Esta última ha estado de actualidad durante 2019 debido a sucesivos bloqueos por parte de transportistas y comunidades locales, que han provocado una caída de la producción anual de la explotación.