La plata está experimentando un primer semestre de 2020 bastante complicado. Su condición de materia prima industrial ha provocado que su precio se haya resentido por el parón provocado por la pandemia de Covid-19, más allá de que también se trate de un metal precioso, que funciona como activo refugio. Sin embargo, la recuperación económica va a impactar positivamente en su precio a partir del año que viene.
Según un informe de Bank of America, el futuro de la plata se presenta brillante, ya que se espera una rápida recuperación del sector industrial tras el cierre provocado por el Covid-19.
El banco ha revisado al alza sus previsiones sobre el precio de la plata para este año, que sube de una media de 16,60 a 16,87 dólares la onza. Para 2021, Bank of America estima que la plata promediará los 23 dólares la onza, por encima de los 22,50 que pronosticaba hace unos meses.
La plata cerró la sesión del 16 de junio en la London Bullion Market Association (LBMA) a 17,41 dólares la onza, mientras que a primeras horas del 17 de junio, el precio spot rondaba los 17,50 dólares.
En su informe, publicado el pasado 12 de junio, los analistas del banco estadounidense consideran que el principal factor que va a influir en la evolución del precio de la plata es la demanda industrial. Según el informe, el cierre provocado por las medidas de contención de la pandemia de Covid-19, podría reducir la demanda industrial a sus niveles mínimos desde 2004.
Sin embargo, existen motivos para el optimismo, ya que esta caída de la demanda sería a corto plazo: “aunque la emergencia sanitaria provocada por el Covid-19 ha tenido un gran impacto en la economía global, creemos que esta ralentización del crecimiento del PIB va a tener excepciones y que los datos apuntan a que el despegue de la industria va a ser más rápido que el de algunos otros sectores”.
Uno de los sectores que van a ser fundamentales en esta recuperación va a ser el de las energías renovables. Según los analistas de Bank of America, “la creciente importancia del uso de la plata por parte del sector de energías alternativas es muy relevante, ya que la actual crisis sanitaria ha incrementado la preocupación por las medidas para combatir el cambio climático. Hay quien argumenta que los gobiernos se van a centrar en la recuperación de las economías domésticas. Pero la experiencia reciente con el Covid-19 y su coste sugiere que muchos gobiernos van a estar dispuestos a colaborar en la protección medioambiental”.
Otro factor relevante para el aumento de la demanda de plata por parte del sector industrial va a ser el despliegue de la tecnología 5G: “con el despliegue del 5G en los próximos años, se estima que el papel de la plata en las aplicaciones electrónicas utilizadas en el 5G va a aumentar de manera significativa, hasta alcanzar las 500 toneladas para el año 2025 y las 715 toneladas para 2030. Una cantidad aún pequeña, pero no insignificante”.
Por otra parte, la demanda de inversión se ha mantenido en niveles altos, aunque no haya sido capaz de compensar la debilidad de la demanda industrial: “en nuestra opinión, este crecimiento ha sido provocado por la misma preocupación que ha atraído a los inversores hacia el oro, preocupados por el tamaño de los déficit fiscales. Esta monetización de la deuda por parte de los bancos centrales, incluyendo las potenciales implicaciones que tiene para la inflación, hace que los activos tangibles como la plata resulten menos atractivos”.