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La entrada en vigor de Basilea III provocará una crisis de liquidez en el oro físico

Cerdito hucha de oro presionado

Se han hecho muchas conjeturas sobre el efecto que va a tener la entrada en vigor de las normas de Basilea III, a finales de junio, sobre el mercado del oro. Algunos analistas creen que se podría desencadenar una crisis de liquidez del metal físico, que desembocará en una subida de oro hasta los 2.100 dólares la onza.

La entrada en vigor de las nuevas normas de Basilea III, a partir del 28 de junio para los bancos europeos, y del 1 de enero de 2022 para los británicos, va a suponer un importante cambio en el mercado del oro.

Los analistas están tratando de discernir cuáles serán sus efectos en este mercado, aunque las opiniones están muy divididas: desde quienes creen que el impacto será tremendo y cambiará la forma de trabajar de los bancos, hasta los que creen que no se producirá modificación alguna.

Según explica la CEO de Goldex, Sylvia Carrasco, en Kitco News, se está subestimando el impacto que Basilea III va a tener en el mercado del oro: “las nuevas normas van a afectar al precio del oro más de lo que la gente piensa. El precio spot se va a disparar”.

Basilea III es un conjunto de normas desarrolladas y aprobadas por el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, como respuesta a la crisis financiera que tuvo lugar entre 2007 y 2009. La mayor parte de estas medidas se refieren a las reservas de capital bancario, los tests de estrés y la liquidez de los mercados.

Uno de los principales cambios que van a afectar al oro es que el metal precioso va a ser recalificado: pasará de ser un activo ‘Tier 3’, que es la clase de activos de mayor riesgo, a ‘Tier 1’, equiparable al dinero en efectivo o las divisas.

Este cambio podría provocar que la compra y venta de oro sin asignar (contratos como futuros o ETF que no especifican lotes concretos y numerados de lingotes) se encarezca.

Esto se debe a que las normas de Basilea III incluyen el nuevo Coeficiente de Financiación Estable Neta (NSFR, por sus siglas en inglés), que establece que los bancos deben contar con unas reservas de capital del 85% para garantizar las transacciones de financiación y compensación de metales preciosos.

Se trata de un cambio muy importante, ya que antes de esta reforma, este capital era del 0% y ahora, el riesgo de las operaciones con oro sin asignar se equipara al de las operaciones con acciones.

Según explica Carrasco, “Basilea III requiere que los bancos o comerciantes respalden el 85% del valor de su oro sin asignar con garantías compuestas por activos ‘Tier 1’, como el dinero en efectivo”.

Un ejemplo: un banco cuenta con 1.000 millones de dólares en posiciones con oro, con 300 millones en oro asignado y 700 millones en oro sin asignar. Antes de la reforma de Basilea III, no era necesario respaldar esas posiciones con ninguna garantía. Sin embargo, tras la reforma, los 700 millones de dólares en oro sin asignar se considerarán de alto riesgo, igual que si fueran acciones.

“Bajo las normas de Basilea III, el banco tendrá que demostrar que cuenta con el 85% de esos 700 millones en su balance, y que no los va a tocar. Eso supone un coste financiero tremendo, ya que los bancos tendrán que financiar el 85% del valor nominal de sus posiciones en oro sin asignar”, advierte la CEO de Goldex.

Por tanto, el riesgo es que las operaciones con oro sin asignar se conviertan en un negocio ruinoso: “los bancos no pueden seguir sin cobrar prácticamente nada por estas operaciones. ¿Qué pasará si multiplican sus tarifas por 100? ¿Seguirán interesados los clientes en operar a ese precio? La consecuencia es que muchos bancos tendrán que cerrar porque el negocio es una ruina.

Lo que Basilea III pretende evitar, precisamente, es el riesgo que corren los clientes con contratos de oro sin asignar. Como explica Carrasco, “en este caso, el comerciante no tiene el oro. Le prometen al cliente que le deben el oro. Y si le sucede algo al banco, como el oro no le pertenece al cliente, éste pierde su dinero.

Además, el oro sin asignar puede venderse 20 veces a 20 clientes diferentes, mientras que el oro asignado solo puede venderse una vez.

Subida del precio

El efecto de Basilea III será que se va a incrementar la demanda de oro físico, lo que provocará una crisis de liquidez que va a desencadenar una importante subida del precio del metal.

“Si las operaciones con oro sin asignar se encarecen por las nuevas normas, la única forma de negociar con el metal será hacerlo por medio de oro asignado. Y si todos recurren al oro asignado, se producirá un aumento de la demanda de oro físico”, advierte.

Solo en Londres, el valor del oro sin asignar que se negocia diariamente supera los 200.000 millones de dólares. Un aumento equivalente de la demanda de oro físico supondría un riesgo sistémico para la industria financiera, de ahí que la London Bullion Market Association (LBMA) se muestre preocupada y haya solicitado al regulador británico que reconsidere su postura.

Según Carrasco, el efecto de la entrada en vigor de Basilea III será un encarecimiento del precio del oro, que comenzará a notarse a finales de año: “creemos que el oro subirá por encima de los 2.100 dólares la onza a finales de 2021.

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