El que fuera presidente de la Reserva Federal estadounidense, Alan Greenspan, ha asegurado en una entrevista que “estamos sumidos en un periodo de inestabilidad fiscal a largo plazo en el que se va a asentar la inflación. Llevamos casi una década de estancamiento de la economía y nos estamos acercando a la estanflación”.
Como explican desde The Market Oracle, el término “estanflación” es una combinación de “estancamiento” (periodo de tiempo prolongado en el que el crecimiento económico es escaso o nulo) e “inflación” (devaluación de la moneda que conduce a un aumento en los precios de bienes y servicios).
La última vez que los Estados Unidos atravesaron por un periodo de estanflación fue a finales de la década de los 70 y principios de los 80 del siglo XX. Entre 1979 y 1983, el crecimiento del PIB fue de apenas un 0,92%, cifra que se identifica con una recesión severa.
En los dos últimos años del mandato de Jimmy Carter y los dos primeros de Ronald Reagan, la inflación subió hasta un 15% y la Reserva Federal se vio obligada a subir los tipos de interés hasta el 21% para combatir la escalada de precios.
¿Cómo reaccionó el precio del oro a este periodo de estanflación? El 2 de noviembre de 1976, cuando Jimmy Carter derrotó en las elecciones a la presidencia a Gerald Ford, el oro estaba a 122,50 dólares la onza.
Cuatro años más tarde, cuando el propio Carter fue derrotado por Reagan, el precio había alcanzado un récord de 850 dólares la onza, lo que supone un 596, la mayoría en los dos últimos años de la presidencia de Carter, que es precisamente cuando la estanflación se había asentado en la economía estadounidense.
Con estos antecedentes, desde The Market Oracle aseguran que “no se sabe dónde va a llegar el precio del oro en unos años si vuelve la estanflación, pero una cosa es segura: mucho más alto que en los poco más de 1.300 dólares la onza actuales”.
Aplicando la misma proporción que en 1970, un 596%, sobre los 1.321 dólares la onza del precio spot del oro del 20 de marzo, obtendríamos un precio de 7.867 dólares la onza. Incluso siendo muy conservadores y asumiendo que la subida sea solo de la mitad que entonces, el precio del oro sería de 3.933 dólares la onza, prácticamente el triple que el actual.
A ello hay que añadir que la deuda estadounidense sigue creciendo por encima de los 21 billones de dólares; que el déficit anual volverá a superar el billón de dólares el año que viene y los dos billones en unos pocos años; y que los conflictos de Corea del Norte, Rusia y Oriente Medio, y la guerra comercial de Trump con China y Europa se están recrudeciendo.
Todos estos factores van a provocar que el precio del oro se dispare durante los próximos años.