El precio del oro volvió a reaccionar al alza tras una nueva intervención pública del presidente de la Reserva Federal estadounidense, Jerome Powell, en la que abrió la puerta a una bajada de los tipos de interés y recibió el respaldo de los congresistas ante las presiones a las que se está viendo sometido por parte del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
La comparecencia del presidente de la Reserva Federal estadounidense, Jerome Powell, ante el Congreso de los Estados Unidos, el pasado 10 de julio (ver imagen), sirvió para argumentar a favor de un recorte de los tipos de interés en la próxima reunión que la Fed celebrará a finales de julio y para recabar el apoyo de los congresistas ante el acoso al que Powell se está viendo sometido por parte del presidente Donald Trump.
En su discurso ante el Congreso, el presidente de la Fed confirmó que la economía estadounidense se encuentra todavía amenazada por una decepcionante actividad industrial, una inflación bajo control y una guerra comercial latente.
Unas circunstancias ante las que el banco central de EEUU debe actuar “de forma apropiada”, en palabras de Powell, quien se mostró de acuerdo con los congresistas en la necesidad de aprobar nuevos estímulos para la economía, que muy probablemente se van a traducir en un recorte de los tipos de interés en la próxima reunión que la Reserva Federal va a celebrar a finales del mes de julio.
El tono de la intervención de Powell y la casi certeza de que se va a producir un recorte en los tipos de interés propiciaron que el precio del oro subiera hasta su nivel máximo de la última semana: el metal cerró a 1.408,30 dólares la onza la sesión de la London Bullion Market Association (LBMA), mientras que el precio spot subía hasta los 1.423,80 dólares durante la madrugada en Europa, después de haber alcanzado los 1.426 dólares, la cifra más alta desde el pasado 3 de julio.
Por su parte, el dólar se vio presionado a la baja, acercándose a los 97 puntos en el Índice Dólar, que lo compara con una serie de divisas internacionales.
Independencia de la Fed
Al margen de la política monetaria, la intervención de Jerome Powell ante el Congreso estadounidense tenía otro importante punto en la agenda: el respaldo por parte de los congresistas a la labor de la Fed y su presidente, que están siendo cuestionados por Donald Trump, en lo que se considera un acoso a este organismo como no se había visto desde los tiempos de Richard Nixon.
El propio Powell lo dejó muy claro al iniciar su intervención, declarándose responsable ante el Congreso y el público, no ante los intereses políticos del presidente que le nombró, y afirmando que piensa cumplir el mandato para el que fue elegido.
Por su parte, los congresistas, tanto demócratas como republicanos, apoyaron al responsable de la Fed ante las reiteradas amenazas de destitución lanzadas desde la cuenta de Twitter del presidente.
Una destitución que, a pesar de lo que afirme Trump, no es tan fácil, ya que según la ley que regula a la Reserva Federal, su presidente solo puede ser destituido con una causa justificada.
El masivo apoyo recabado por Powell es la consecuencia de las numerosas reuniones que ha celebrado desde que asumiera el cargo, en febrero de 2018, con congresistas republicanos (más de 100) y demócratas (más de 60).