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La FED, el discurso de Trump y el futuro del oro

Los mercados estadounidenses, la Reserva Federal y los inversores están sumamente alertas y algo revolucionados ante la gran incógnita del discurso presidencial de Donald Trump, que será desvelado el próximo 20 de enero en el acto de jura presidencial. Discurso que, a buen seguro, influirá no solo política, económica y socialmente a la todavía (aunque parece ser que por poco tiempo) nación más poderosa de la Tierra, sino que también afectará al oro.

Por lo pronto, la todo poderosa Fed, enemiga acérrima del oro como soporte económico, ya ha enseñado los dientes en varios estados norteamericanos, con comentarios oficiales realizados a través de sus presidentes regionales en forma de críticas, señalando que en 2017 “se producirá en los mercados un endurecimiento más rápido que en 2016”. Uno de estos presidentes regionales, Jeffrey Lacker, advirtió a los mercados que “la Fed puede aumentar las tasas de interés más rápido de lo que los inversores esperan”.

Ante estas andanadas desde las “barricadas” de la Reserva Federal de los Estados Unidos, el oro se “encogió de hombros” y saltó el pasado viernes 13 de enero por encima de los 1.200 dólares la onza, aunque sólo por un breve periodo de tiempo, fijándose al final de la jornada a 1.197 dólares onza (conviene recordar que el precio del oro en spot cerró el primer día del mercado del año 2017, el 3 de enero, en 1.148,65 dólares onza).

Por otra parte, el comportamiento del oro desde que Donald Trump gananara las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos el pasado 8 de noviembre, señala que la falta de claridad en las políticas económicas del futuro 45 presidente es ahora uno de los factores más importantes en la fijación de los precios del oro.

Tras la conferencia de prensa de Trump, celebrada el 11 de enero, numerosos analistas coinciden en que “la incertidumbre acerca de la política económica estadounidense de la nueva administración es positiva para el mercado del oro”. Parece que el precio del oro puede aumentar aún más hasta el día de la toma de posesión sobre esa inseguridad. Sin embargo, el discurso inaugural presidencial puede reducir la inquietud y poner fin al movimiento ascendente del oro, tal como lo hizo la elección presidencial. El oro declinó un poco en el corto plazo después de las elecciones, ya que el mayor desasosiego político fue eliminado de los mercados. Esta es la razón por la que el metal amarillo es probable que disminuya una vez que Trump avance con sus planes económicos, cualesquiera que sean. Sin embargo, la disminución sería reforzada si Trump satisface los mercados. Por otra parte, si el presidente recientemente nombrado decepciona a los inversores de manera significativa, el oro puede seguir escalando peldaños hacia la cima, incluso si la duda sobre las políticas de la nueva administración disminuye.

De una forma u otra, hasta ahora y desde 1789 con George Washington, ya han ocupado la Casa Blanca 44 inquilinos y el oro sigue imperturbable las secuencias de la historia. El oro sigue ahí, fuerte y brillante.

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