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La incertidumbre económica impulsará el oro y reducirá la demanda de metales base

El año 2019 va a ser complicado para los llamados metales base, cuya demanda se va a ver afectada por las consecuencias de la guerra comercial, y muy positivo para los metales preciosos, que se van a beneficiar de la incertidumbre económica.

Son las previsiones del banco canadiense CIBC, cuyos analistas descartan que se produzca una recesión en 2019, pero apuestan por un incremento de las barreras comerciales y los aranceles, que van a provocar una ralentización del crecimiento económico global durante, al menos, los próximos 18 meses.

Ello va a afectar a los llamados metales base (aluminio, cobre, plomo, cinc y estaño), utilizados como materias primas en la industria, que van a ver reducida su demanda. En cambio, los metales preciosos se van a beneficiar de esta ralentización económica provocada por la incertidumbre en torno a la guerra comercial y van a incrementar su precio durante 2019.

“El escenario actual es muy favorable para los metales preciosos a lo largo de 2019, debido a la presión que la incertidumbre sobre la guerra comercial está ejerciendo sobre el crecimiento económico global, al menor ritmo de subidas de tipos en EEUU, a la crisis del Brexit y a las buenas perspectivas en cuanto a demanda y suministro de oro, señala el informe de CIBC.

Por ello, desde el banco canadiense han revisado al alza sus previsiones sobre el precio del oro para 2019, que han elevado desde los 1.300 a los 1.350 dólares la onza, y para 2020, en 1.400 dólares la onza.

Respecto a la plata, desde el banco canadiense esperan que promedie los 17 dólares la onza durante este año y suba a los 17,50 en 2020.

Los analistas del banco también han pronosticado un déficit de suministro en el mercado del oro para este año, “debido al incremento de la demanda de metal para los dos próximos años, especialmente por parte de los bancos centrales y los ETF, mientras que se espera que el suministro permanezca en las mismas cifras que el año pasado”.

El informe señala también que, durante los últimos 24 meses, la industria del oro se ha visto obligada a centrarse de nuevo en la retribución de los accionistas, lo que les ha llevado a una mejora de sus balances, racionalización de los activos y mejores retornos de capital.

Por otro lado, la disciplina fiscal ha afectado a los proyectos en desarrollo y ha reducido las expectativas de producción para los próximos diez años, lo que va a impedir que se registre un superávit de suministro.

Respecto a las fusiones y adquisiciones, desde el banco canadiense estiman que, aunque se ha desencadenado una nueva oleada, la experiencia demuestra que hace falta tiempo para que la industria racionalice sus cadenas de producción.

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