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La incertidumbre, más determinante para la subida del precio del oro que la inflación

Lingote de oro con interrogación

El comportamiento del precio del oro durante los últimos meses, coincidiendo con la subida de la inflación, ha llevado a algunos expertos a reconsiderar unos de los axiomas clásicos en relación con el metal preciosos: que existe una estrecha conexión entre oro e inflación, que provoca que el precio de aquél se dispare cuando ésta sube.

El último en alertar sobre esta anomalía ha sido Clyde Russell, columnista de Reuters, quien subraya que el oro no ha respondido a la reciente subida de la inflación como se esperaba.

En su columna, Russell apunta que, hasta ahora, el oro no ha emprendido la subida que se le suponía, teniendo en cuenta que la inflación en Estados Unidos ha alcanzado su nivel más alto en décadas, por lo que esta teoría largamente aceptada de la relación oro/inflación puede estar en entredicho.

El precio spot del oro se sitúa ahora mismo en 1.798,70 dólares, después de haber alcanzado los 1.876,90 dólares hace aproximadamente un mes, el 16 de noviembre.

Según Russell, este máximo de noviembre tuvo más que ver con la aparición de la nueva variante Ómicron del coronavirus, que aumentó el temor a la imposición de nuevas restricciones a los viajes y a otras medidas que pudieran afectar a la recuperación de la economía global.

“La posterior remisión de estos temores han provocado una nueva caída del oro por debajo de los 1.800 dólares la onza, al tiempo que el aumento del temor a una escalada global de la inflación ha tenido un impacto mínimo en el precio del metal”, advierte Russell en su columna.

El índice de precios del consumidor en Estados Unidos subió en noviembre a un 6,8% anual, el mayor incremento desde junio de 1982, debido al aumento de precios de bienes y servicios a consecuencia de los persistentes problemas en la cadena de suministros.

Sin embargo, como explica el analista, la publicación del dato del IPC el pasado 10 de diciembre no provocó prácticamente ninguna reacción en el precio spot del oro y del resto de metales preciosos, que cotizaron en una horquilla muy estrecha durante toda la sesión.

“La opinión del mercado de que una subida de la inflación es positiva para el precio del oro se basa en el uso del metal precioso como elemento de protección frente a la inflación. En otras palabras, el oro es un activo que puede mantener su valor mejor que otros, mientras que el del resto de activos como las divisas se ve afectado por la subida de los precios. Esta creencia procede de finales de la década de los 70 y principios de los 80, cuando el precio del oro se disparó en medio de una fuerte subida de la inflación en Estados Unidos, a sus niveles más altos desde los años 40”, explica en su columna el analista de Reuters.

En aquel momento, el precio del oro subió desde los 226 dólares la onza a finales de 1978, a un máximo de 666,75 dólares en septiembre de 1980, mientras el IPC estadounidense alcanzaba el 14,73% en abril de 1980.

Posteriormente, la inflación cayó por debajo del 1% hacia finales de 1986, mientras el oro pasó los siguientes 27 años oscilando antes de superar su máximo de 1980 a mediados de 2007.

“Sin embargo, el extenso rally registrado por el oro desde el año 2000 en adelante no se debió a la inflación ni a los tipos de interés. Más bien, pareció estar más relacionado con el ascenso de China y la India a los dos primeros puestos mundiales en cuanto a consumo del metal. Para que la inflación desempeñe un papel importante como impulsor del precio del oro, tendría que subir mucho más y durante un periodo de tiempo mucho más prolongado”, advierte Clyde Russell.

Esto aún podría suceder, aunque mientras tanto, el oro probablemente tendrá que sobreponerse a la subida de los tipos de interés, que van a afectar al coste de oportunidad de invertir en el metal.

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