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La industria debate la sustitución de paladio por platino en la London Platinum Week

Platino y paladio

Tras dos años decepcionantes, el precio del platino se ha animado en los primeros meses de este año, pasando de 800 a cerca de 900 onzas en abril, coincidiendo con la London Platinum Week. Una reunión en la que la industria se ha mostrado optimista sobre la evolución del precio del metal durante 2019 y 2020 y ha debatido sobre uno de sus grandes retos: la sustitución de paladio por platino en la fabricación de catalizadores.

Según el informe Heraeus Precious Metals Appraisal, de la refinería suiza Heraeus, la industria del platino es optimista respecto a la evolución del precio de este metal, que lleva más de dos años en el furgón de cola de los metales preciosos, sobrepasado por la pujanza de su “hermano”, el paladio.

El precio del platino ha crecido durante los primeros meses del año desde los 800 dólares la onza hasta rozar los 900 en el mes de abril, aunque luego ha vuelto a descender.

Una de las principales cuestiones que se han tratado en la reunión de la industria en Londres ha sido la posible sustitución de paladio por platino en la fabricación de catalizadores para los motores de gasolina, dada la amplia diferencia de precios entre ambos, que ha ido creciendo durante los dos últimos años.

Sin embargo, como se ha puesto de manifiesto durante la London Platinum Week, a la hora de encarar esta sustitución hay que tener en cuenta una serie de factores. El primero de ellos es que se necesita que exista una amplia diferencia de precios entre paladio y platino para que se justifique la sustitución, diferencia que la industria establece en 500 dólares la onza o más.

A este respecto, el paladio cerró la sesión del pasado 20 de mayo en la London Bullion Market Association (LBMA) a 1.317 dólares la onza, mientras que el platino lo hizo a 812 dólares la onza. Por lo tanto, la diferencia en estos momentos sería de 505 dólares la onza, propicia para encarar el proceso de sustitución.

También es necesario considerar las condiciones de ambos mercados: el del platino se encuentra en situación de superávit de suministro, mientras que el del paladio está en déficit. Otra cuestión que podría animar a los fabricantes de automóviles a afrontar la sustitución de uno por otro.

El endurecimiento de la legislación que controla las emisiones contaminantes, a partir del escándalo de la marca Volkswagen conocido como “dieselgate” en 2015, es otra cuestión que deben tener en cuenta los fabricantes.

Los tests de emisiones son cada vez más exigentes, lo que incrementa los costes y la dificultad de encarar procesos que impliquen el cambio de los elementos utilizados en los catalizadores.

Estas nuevas legislaciones son especialmente restrictivas en mercados como Europa y China, dos mercados fundamentales para la industria automovilística, que no parece dispuesta a poner en riesgo su posición con un cambio en las fórmulas de los catalizadores.

Según el informe de Heraeus, es más probable que la industria del automóvil considere a los Estados Unidos como la región más adecuada donde experimentar con la sustitución de paladio por platino.

La industria coincide en que este proceso no será rápido: el tiempo que puede transcurrir entre que se tome la decisión de investigar esta sustitución y que comiencen a registrarse cambios en la demanda del metal puede oscilar entre los dos y los tres años.

Según Heraeus, una sustitución del 10% de platino en los vehículos ligeros en Estados Unidos podría suponer un aumento de la demanda de hasta 200.000 onzas (6,22 Tm) en 2022, y una caída de similares proporciones en la demanda de paladio, siempre y cuando la sustitución fue encarada por el conjunto de la industria automovilística.

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