Si hace unas semanas la refinería australiana Perth Mint fue sometida a una investigación por las dudas sobre la procedencia del oro que compraba en Papúa-Nueva Guinea (lo que puso costarle su certificación LBMA), ahora es la suiza Valcambi la que está bajo la lupa, después de que un diario suizo la acusara de comprar metal de proveedores dudosos en Dubai.
Parece que la industria del oro se ha tomado en serio la cuestión de garantizar la procedencia del oro que procesan, para que no existan dudas de que se pueda estar beneficiando a organizaciones que vulneran los derechos humanos, perjudican el medio ambiente o, directamente, son grupos criminales.
Tanto la London Bullion Market Association (LBMA) como el Consejo Mundial del Oro han endurecido las normas que tienen que respetar sus miembros para garantizar a los clientes finales que el oro que producen cuenta con las máximas garantías.
El resultado de este celo en asegurar la trazabilidad del metal es que prestigiosas refinerías mundiales, como hace unas semanas la Perth Mint australiana o ahora la suiza Valcambi, se están viendo obligadas a dar explicaciones sobre operaciones que han sido consideradas dudosas.
En este último caso, la denuncia la ha realizado la Asociación de Comericantes y Fabricantes de Metales Preciosos de Suiza.
Según informa el diario suizo germanoparlante SonntagsZeitung, el pasado mes de julio la organización NGO Swissaid publicó un informe en el que se acusaba a la refinería Valcambi de comprar oro de dudosa procedencia en Dubai. En concreto, el informe señalaba como más preocupantes las operaciones con Kaloti Group, debido a la existencia de presuntos vínculos con el oro procedente de regiones africanas en conflicto.
Aunque desde la Asociación de Comerciantes y Fabricantes de Metales Preciosos de Suiza no se ha mencionado el nombre de ninguna compañía en concreto, su CEO, Cédric Léger, no ha dejado lugar a dudas: “la asociación ha pedido aclaraciones por carta sobre esta situación. Desde nuestro punto de vista, solo será aceptable una respuesta que aclare todas las dudas respecto a una posible actuación incorrecta por parte de la refinería. No aceptaremos una simple negación de los hechos”.
En dicha misiva, enviada el pasado 31 de julio a Valcambi, Léger pide al CEO de la refinería suiza, Michael Mesaric, que confirme o refute las acusaciones y también que explique las medidas correctivas que adoptará en caso de que sea necesario.
Por su parte, Mesaric confirmó al diario SonntagsZeitung que su compañía había recibido esta carta, pero rechazó las acusaciones.
Se da la circunstancia de que los Emiratos Árabes Unidos son, ahora mismo, el principal punto de procedencia de las importaciones de oro de Suiza. Alrededor del 40% del oro mundial para por Dubai y, según la organización Swissaid, la mitad de ese oro procede de África y una parte muy importante se explota de manera ilegal.
Según el presidente de los comerciantes y fabricantes suizos, “no se puede descartar que el oro que llega desde Dubai sea de origen dudoso o potencialmente ilegal, o que proceda de las regiones de mayor riesgo”.
Éste es el motivo por el que otra de las grandes refinerías de Suiza, Metalor, decidiera hace varios años dejar de procesar oro cuya procedencia fuera Dubai.
Las acusaciones contenidas en el informe de Swissaid también están siendo investigadas por el Consejo de Joyería Responsable, organización internacional que vela por las buenas prácticas en la industria de la joyería y relojería.
Según Léger, la Asociación de Comerciantes y Fabricantes de Metales Preciosos de Suiza está a favor de una regulación más estricta y de una mayor transparencia en la cadena de suministros del oro: “nos hemos tomado muy en serio el informe de Swissaid y lo tenemos claro: el oro procedente de orígenes dudosos no tiene cabida en Suiza”.