Después de caer hasta cerca de los 1.850 dólares la onza, el precio del oro vuelve a tratar de superar la barrera de los 1.900. Aunque la mejora de las condiciones económicas podría provocar que la Reserva Federal estadounidense realizase algún ajuste en su actual política monetaria, los analistas creen que ello no perjudicará al oro, que va a depender más de otros factores como el crecimiento de la inflación y la bajada de los tipos de interés reales.
En un informe publicado el 7 de junio, Carsten Fritsch, analista de metales preciosos de Commerzbank, sigue mostrándose optimista respecto al oro a pesar de la volatilidad a corto plazo que ha mostrado.
Una de las claves que atraen la atención de analistas e inversores es la inflación: el próximo jueves, 10 de junio, se publica el dato del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de mayo en Estados Unidos, que puede confirmar el crecimiento de la inflación.
“Las empresas están registrando un aumento de los costes de producción y problemas en las cadenas de suministros. Por tanto, nuestros economistas creen que la inflación va a seguir aumentando por ahora y permanecerá a un nivel muy alto durante el tercer trimestre del año, antes de que empiece a remitir”, señala el informe del banco alemán.
Desde Commerzbank esperan que la Reserva Federal comience a reducir progresivamente su programa de recompra de bonos a partir del cuarto trimestre del año, mucho antes de lo que se esperaba.
Sin embargo, esto no debe preocupar a los inversores en oro, quienes deben fijarse más bien en los tipos de interés reales (tipos nominales menos inflación). “Vamos a tener que esperar más tiempo a que se produzca una subida de los tipos de interés. Por tanto, los tipos nominales van a seguir estando muy por debajo de la inflación durante algún tiempo, dejando a los tipos reales en cifras negativas. Esto es un importante argumento a favor de la subida del precio del oro”, señala Fritsch en el informe de Commerzbank.
Esta bajada de los tipos reales a cifras negativas tiene como consecuencia la bajada de los rendimientos de los bonos, con los que compite el oro: el pasado viernes, 4 de junio, los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años tenían un rendimiento de -0,84%.
El pasado mes de abril, el Índice de Precios al Consumidor acumulado de EEUU crecía un 4,2%, su mayor incremento desde septiembre de 2008. El IPC básico (excluyendo los precios de alimentación y energía), creció un 3%. Para el mes de mayo, las previsiones apuntan a un crecimiento del 4,7%.