Los mercados más activos en cuanto al comercio de oro físico son China y la India, cuyos ciudadanos suelen adquirir metal precioso como inversión y para regalar. La pandemia de Covid-19 ha reducido a mínimos este importante sector de demanda. Sin embargo, el rally del oro sigue vivo, sostenido por el aumento de la demanda de inversión, que ha permitido al metal alcanzar precios máximos de ocho años.
Según informan desde Bloomberg, el aumento del interés de los inversores occidentales por el oro durante la pandemia de Covid-19 está sirviendo para compensar la caída de la demanda de metal físico por parte de los consumidores de los mercados asiáticos, principalmente China y la India, permitiendo que el oro alcance precios máximos de los últimos ocho años.
La inversión en ETF, especialmente en Norteamérica y Europa, se acerca ya al récord anual establecido en 2009, mientras que en China y la India, los dos mayores compradores mundiales de oro físico, la demanda se ha desplomado después de que la pandemia haya congelado las importaciones y vaciado los comercios.
La recuperación de este sector de la demanda, además, no se prevé que sea precisamente rápida, ya que el alto precio del metal va a desincentivar las compras de los consumidores una vez repuesto el stock en las tiendas.
Esta situación sirve para ilustrar el tira y afloja que se registra en el mercado mundial del oro entre los inversores occidentales, que buscan un activo refugio en el que invertir, y los tradicionales centros de demanda de oro físico en los países asiáticos.
Una dualidad que influye también en el precio del oro, que podría perder fuelle si se ralentizan los flujos de capitales hacia los ETF o revitalizarse aún más en caso de que se vaya recuperando la demanda por parte de los consumidores asiáticos.
En opinión de Darwei Kung, responsable de commodities y gestor de carteras de DWS Investment Management Americas, “creemos que los inversores europeos y estadounidenses van a seguir estando interesados en el oro, independientemente de la demanda en Asia. Si se recupera el patrón habitual de compra tanto en China como en la India al mismo tiempo que siguen los flujos hacia los ETF, el precio del oro podría subir aún más”.
Según los cálculos de Goldman Sachs, el aumento de la demanda de inversión en oro como refugio en los países desarrollados, ante el temor a la situación económica internacional, ha contribuido en alrededor de un 18% a la subida del precio del metal en lo que llevamos de año, mientras que el retroceso de la demanda de oro físico en los países emergentes ha lastrado esta subida en un 8%.
Una recuperación de la economía y una mayor debilidad del dólar podrían significar un aumento de la demanda en los países emergentes durante el segundo semestre del año, lo que supondría que el actual lastre al precio del oro se convirtiera en otro factor favorable.
Para Carsten Fritsch, analista de Commerzbank, la subida del oro podría ser destructiva para la recuperación de la demanda en Asia y provocar que su precio sea aún más dependiente de los inversores occidentales.
En lo que llevamos de año, el precio spot del oro ha crecido un 17%, cerrando el segundo trimestre con el mayor aumento de precio de los últimos cuatro años. Esta subida ha congelado las compras de los consumidores asiáticos, a pesar de que los comercios ya se han reabierto.
En estos países, el oro se considera como un depósito de valor. Pero la paralización de la actividad obligada por el Covid-19, la pérdida de empleos y la debilidad del crecimiento económico ha obligado a los consumidores de estos países a reducir sus gastos superfluos.
Así, desde la consultora Metals Focus han previsto una caída del 23% en el consumo de joyería de oro en China durante este año, mientras que la demanda de la India se va a reducir en un 36%.
Las ventas de oro de China podrían ser hasta un 30% inferiores a las de 2019, según reconoce Zhang Yongtao, CEO de la China Gold Association. Un porcentaje algo mejor que el 50% que se pronosticaba en el peor momento de la pandemia.
Según Bloomberg, no es la primera vez que la demanda del sector de la inversión aumenta durante un periodo de incertidumbre global, haciendo que los precios se disparen y disuadiendo a los consumidores asiáticos.
Durante la anterior crisis financiera global, las cifras de consumo en China y la India rebotaron desde cifras mínimas en apenas un año, aunque hubo que esperar hasta 2013, gracias al desplome del precio del metal, para que la demanda combinada de la región alcanzase máximos de una década.
Según Roland Wang, director para China del Consejo Mundial del Oro, “este año va a constituir un desafío, especialmente para el sector joyero. El rebote en la demanda dependerá de la situación económica y lo que ocurra con la pandemia”.