El aumento de la inversión en oro y plata físicos durante los dos últimos años ha tenido su repercusión en el mercado: la demanda de monedas y lingotes por parte de los inversores minoristas es cada vez mayor. Sin embargo, los grandes inversores aún desconfían de los metales preciosos físico. Según los expertos, cuando éstos se decidan a invertir puede ser tarde.
Como explica Clint Siegner desde el blog de Money Metals, los grandes inversores prefieren hacer caso a sus asesores financieros y no desprenderse de sus activos en papel para apostar decididamente por el oro físico.
Sin embargo, esta tendencia podría tener los días contados y la inversión en lingotes de oro pasaría de ser algo marginal a generalizado.
Según Siegner, “la percepción es que se avecina un ajuste de cuentas en los mercados financieros convencionales. Si las burbujas empiezan a explotar, habrá muy pocos lugares a los que acudir. Será el momento de que el metal físico brille”.
Esta teoría ha tenido sentido durante las últimas décadas, aunque no ha convencido a los inversores estadounidenses para que den el paso en masa y apuesten decididamente por los metales preciosos físicos.
Los analistas de Money Metals creen que ciertos datos podrían indicar que esta migración ya ha comenzado. Uno de ellos es el hecho de las primas sobre los lingotes más grandes (los de 1.000 onzas de plata y los de un kilo de oro), que históricamente han sido bastante estables, se han tambaleado en los últimos tiempos.
En el caso de los lingotes de plata, se produjo un auténtico terremoto en el mercado de la plata durante la primavera de 2020, cuando los bancos que vendieron contratos de ‘plata papel’ se encontraron con que cada vez más clientes pidieron la entrega del metal físico, lo que condujo a un desabastecimiento.
Aunque las primas se han estabilizado desde entonces, la escasa capacidad de fabricación de las cecas y refinerías para satisfacer una demanda cada vez mayor de productos pequeños ha provocado el crecimiento de las primas en este tipo de lingotes.
El problema, según Siegner, es que “la producción minera es suficiente para satisfacer la demanda de uso industrial y para un nivel modesto de demanda de inversión. Pero no será ni de lejos suficiente para una rotación a gran escala de los activos financieros convencionales hacia el metal”.
En efecto, el inventario de lingotes de plata del Comex cayó la semana pasada a su nivel más bajo en los últimos cuatro años.
“Cuando la disminución de las existencias se traduce en un aumento de las primas de los lingotes, los inversores pueden saber que algo está en marcha”, concluye Siegner.