En su reciente conferencia anual, la London Bullion Market Association (LBMA) ha recomendado a sus refinerías autorizadas que estudien las vías para comenzar a incorporar oro procedente de las explotaciones mineras artesanales y a pequeña escala, verificando los orígenes seguros de su producción.
Según explica Adrian Ash, analista de metales preciosos de Bullion Vault, las refinerías de oro que forman parte de la London Bullion Market Association (LBMA) deben comenzar a trabajar en la posibilidad de aceptar metal procedente de las explotaciones de la llamada minería artesanal y a pequeña escala, situadas en los países emergentes.
Se trata de uno de los principales mensajes lanzados durante la mesa redonda dedicada a la minería responsable durante la conferencia anual que la LBMA celebró en octubre en la ciudad china de Shenzhen.
Como establecen las normas de la propia LBMA, para que un lingote de oro sea aceptado en las cámaras acorazadas de Londres (el principal centro mundial de almacenamiento y comercio de oro), debe proceder de una de las refinerías acreditadas por la propia LBMA y cumplir los estándares impuestos por ésta.
Éstos consisten en una serie de normas relativas a la pureza, forma y marcas de cada lingote, que se han desarrollado desde mediados del siglo XVIII. La propia LBMA asumió en 1993 el listado de refinerías autorizadas, que antes estaba gestionado por el Banco de Inglaterra, y ha añadido normas nuevas, relativas al estado financiero de las empresas y, desde 2012, una estricta normativa de responsabilidad acerca de la legalidad y estándares éticos de sus suministros de oro.
Su objetivo es evitar que el oro contribuya al blanqueo de capitales, el abuso de los derechos humanos, o la financiación al terrorismo o a países en conflicto bélico, garantizando así el cumplimiento de legislaciones más amplias como la Ley Dodd-Frank en los Estados Unidos o la Ley contra la Esclavitud Moderna del Reino Unido, además de las recomendaciones sobre fuentes responsables de la OCDE.
El problema, según explica Ash, es que todas estas normativas han propiciado que las refinerías no acepten la producción de oro procedente de las llamadas explotaciones mineras artesanales y a pequeña escala, complicando a éstas la posibilidad de vender su producción y abocándolas, en muchos casos, a hacer negocios con bandas terroristas o narcotraficantes, precisamente lo que la legislación quiere evitar.
Como explicaba el analista Matthew Chambers en un artículo de la revista Alchemist, editada por la LBMA, conflictos como el del Congo provocaron que la industria del oro se desentendiera de la zona y procediera a bloquear la compra de todo tipo de minerales procedentes de la región, dejando de valorar las competencias y capacidades de la comunidad de mineros artesanales y a pequeña escala.
Incluso algunas refinerías de prestigio internacional, como la suiza Metalor, que lleva desde 2014 trabajando con el Gobierno de Perú para ayudar a “legalizar” al sector minero del oro, se ha encontrado problemas como el hecho de que su proveedor local viera cómo las autoridades aduaneras peruanas intervinieran un cargamento de 91 kilos de oro que iba destinado a suiza, con el argumento de que se trataba de una exportación ilegal, utilizando el nombre de una compañía autorizada por el estado.
Por ello, y como señala Ash, “rechazar toda la producción de los mineros tradicionales y a pequeña escala por sus riesgos, obligando a éstos a que vendan su producción a quien puedan, frecuentemente criminales, constituye un problema para la industria del refinado, ya que supone perderse una producción cada vez mayor, en un momento en que la producción de las grandes mineras comienza a decaer”.
Por eso, en el foro celebrado por la LBMA, los ponentes se mostraron de acuerdo en que la necesidad de ayudar a las explotaciones artesanales a acreditar su legalidad, estándares éticos, medioambientales, sociales y de buen gobierno puede resultar demasiado costosa para las refinerías.
Pero también es muy alto el coste que puede tener para una refinería el aceptar, a sabiendas o no, metal procedente de la minería ilegal, tanto en términos de pérdida de licencia LBMA, caída de ventas o, incluso, acusación criminal.
Por tanto, la conclusión a la que se llegó en el foro de la LBMA es que la industria refinadora tiene el reto de incluir el oro procedente de las explotaciones artesanales y a pequeña escala en las refinerías autorizadas.