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La mitad de los australianos no se han planteado nunca invertir en oro

En casa del herrero, cuchara de palo: a pesar de que Australia es el segundo mayor productor mundial de oro, con 289 toneladas en 2017, una encuesta revela que casi la mitad de los encuestados no se ha planteado nunca la posibilidad de invertir en este metal.

Según una encuesta realizada por la compañía australiana ABC Bullion, casi la mitad de los encuestados, concretamente el 45%, afirma que nunca se ha planteado la posibilidad de invertir en oro.

La encuesta estaba dirigida a ciudadanos australianos, en general. De las 372 personas que respondieron, el 44,7% afirmaron que “nunca habían pensado” en la posibilidad de invertir en este metal; el 12,6% respondieron que “no sabían cómo invertir en oro”; el 7,1% consideraban que “el oro no ofrece rendimientos como inversión”; el 6,8% aseguraban que el metal precioso “es demasiado volátil”; y el 5,3%, que “resulta muy complicado comprar y vender oro”.

El resto de los encuestados (33,9%) respondieron que su razón para no invertir en oro era diferente de las anteriores.

A pesar de que los resultados de una encuesta como ésta, con un universo tan reducido, no permiten sacar conclusiones firmes, sí resulta significativo el desconocimiento que se parece adivinar entre los ciudadanos australianos con respecto a la inversión en oro, un activo considerado como refugio y apreciado por inversores de todo el mundo.

Este hecho resulta especialmente llamativo si tenemos en cuenta que la producción de oro ha sido desde hace muchos años una actividad económica de primer orden en el país, que sigue ocupando puestos de privilegio en cuanto a la producción de este metal y que cuenta con varias empresas entre las primeras mineras de oro mundiales.

En sus conclusiones, desde ABC Bullion afirman que “la cuestión no es si el oro debería sustituir al mercado inmobiliario o a las acciones como activo de inversión, sino si debería ser un complemento de esas inversiones. Tiene mucho potencial que ofrecer como elemento de protección frente a la inflación, además de como activo refugio y como depósito de riqueza como para descartarlo en términos de inversión”.

Según ABC Bullion, la actual pujanza del mercado inmobiliario en Australia podría estar también detrás de este aparente desinterés de los ciudadanos de este país por el oro como destino de inversión: “se ha producido un aumento impresionante del valor de la propiedad inmobiliaria en Australia durante los últimos 25 años, lo que ha beneficiado a muchos ciudadanos que han invertido en este sector en este periodo. Si el mercado inmobiliario australiano hubiera sufrido una crisis como la que se produjo en los Estados Unidos, y si los tipos de interés se hubieran reducido hasta cero, como sucedió en EEUU, Europa y Japón, seguramente se habría registrado una mayor demanda de oro de inversión en Australia”.

Desde la compañía apuntan también que el incremento del riesgo que está experimentando el mercado inmobiliario australiano podría conducir a una subida del precio del oro y, por tanto, a una mayor demanda de oro de inversión por parte de sus ciudadanos.

De momento, el potencial de este mercado es muy grande, ya que el 86% de los encuestados confesaron que no poseen oro entre sus activos de inversión. Un resultado que, como señalan desde ABC Bullion, “debería servir como llamada de atención para los inversores. El oro ha sido la inversión preferida de la Humanidad durante más de 6.000 años, porque mantiene su valor y poder adquisitivo a pesar de los cambios de régimen político y las innovaciones tecnológicas”.

Esta actitud de los ciudadanos australianos contrasta notablemente con la de los alemanes, que son los inversores particulares más activos del mundo. Según una encuesta realizada entre más de 2.000 ciudadanos alemanes a finales de 2016, las tres cuartas partes de ellos acumulan oro como valor refugio o como inversión para asegurar su jubilación.

En total, los cálculos apuntan a que más de 8.670 toneladas de oro (más que las reservas de este metal en la Reserva Federal de los Estados Unidos) se hallan en manos de los ciudadanos alemanes, lo que arroja una media de aproximadamente 70 gramos por persona.

De esta cantidad, la mitad se encuentra en forma de lingotes o monedas y la otra mitad en joyas. De hecho, es muy frecuente que los alemanes destinen una parte de sus ahorros a la compra periódica de monedas o pequeños lingotes de oro, que constituyen la forma de asegurarse una jubilación tranquila.

Desde Oroinformación hemos tenido ocasión de comprobar, en la World Money Fair celebrada el pasado mes de febrero en Berlín, cómo muchos ciudadanos hacían cola ante los stands de las refinerías presentes, para adquirir en el momento monedas y lingotes de este metal para sus ahorros.

Los datos de inversión en oro físico confirman esta tendencia que se apunta en el sondeo de ABC Bullion. Según se desprende del informe Gold Focus 2018, publicado por la consultora especializada en metales preciosos Metals Focus, la demanda de oro físico de inversión en Alemania durante el pasado año 2017 fue de 106,5 toneladas, un 4% menos que el año anterior. En cambio, en toda la región de Oceanía (no solo Australia), esa demanda fue diez veces menos: apenas 10,5 toneladas, un 37% menos que el año anterior.

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