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La plata, elemento clave en la fabricación de baterías para los dispositivos electrónicos

Baterías

El progresivo aumento de cuota de mercado de los vehículos híbridos y eléctricos les permitirá competir en condiciones de igualdad con los de combustión interna a partir del año 2050. Numerosas empresas se están posicionando en este mercado emergente, en el que la tecnología relacionada con las baterías resulta fundamental. Y en esta tecnología, la plata se presenta como una de las materias primas esenciales.

Un reciente informe de The Silver Institute destaca el importante papel que este metal va a desempeñar en el futuro de la industria del automóvil y en el de los dispositivos electrónicos, gracias a unos elementos cada vez más esenciales para estos sectores: las baterías.

La plata ha estado relacionada con las baterías desde el descubrimiento de éstas, por parte de Alessandro Volta, a principios del siglo XIX. Era uno de los dos metales (el otro era el cinc) de los que estaban hechos los discos que se intercalaban, separados por una tela empapada en salmuera, para generar energía eléctrica.

En la actualidad, las baterías se componen de tres elementos clave: dos electrodos y un material electrolítico. En la pila voltaica, los electrodos eran el cinc y la plata, y la salmuera actuaba como electrolítico.

La base de su funcionamiento es que los dos electrodos son diferentes: uno libera electrones y el otro los recoge, mientras que el material electrolítico sirve de medio de transporte. El cinc y la plata forman la mejor combinación, ya que estos dos metales ofrecen mayor energía por onza que ningún otro metal.

Como explican desde The Silver Institute, el principal problema que presentaban las baterías es que los metales se deterioraban con rapidez debido a las agresivas condiciones que se daban en el interior de la batería, lo que afectaba a su rendimiento.

La solución llegó de la mano de la investigación militar llevada a cabo por los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial: colocar una membrana que separara los electrodos.

No es casualidad que esta solución llegara de la mano de la investigación militar, ya que el ejército utilizaba las baterías de cinc y plata en numerosos dispositivos y empleaba un presupuesto considerable en investigación y desarrollo. Además, la Agencia Aeroespacial Estadounidense (NASA) profundizó en la investigación de una versión recargable de la batería de plata y cinc, de mayor capacidad y menor tamaño que las de níquel y cadmio.

Según The Silver Institute, la cuota de mercado de baterías desechables de óxido de plata que se utilizan, por ejemplo, en los relojes de cuarzo, ha aumentado considerablemente y se venden cientos de millones de unidades al año.

Sin embargo, cada vez más dispositivos electrónicos contienen baterías recargables, alcalinas o de ion-litio, que comienzan a dominar el mercado gracias a su coste relativamente bajo. Baterías que, según el informe, “son proclives a las filtraciones y, en algunos casos, se recalientan e incluso arden. Por ello, por motivos de seguridad, tamaño y capacidad, las baterías de plata y cinc están recuperando posiciones en determinados mercados”.

Sectores como el de la fabricación de audífonos necesitan baterías recargables de gran capacidad y reducido tamaño. A ellos se suman otros como la fabricación de auriculares inalámbricos con cancelación de ruido y, en general, la industria de los “wearables” o dispositivos inteligentes insertados en prendas de vestir.

Unos dispositivos que, aunque emplean una cantidad muy reducida de metal, van a suponer una importante fuente de demanda de plata debido a su progresivo crecimiento.

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