La reciente condena a tres años de cárcel de Michael Cohen, ex abogado de Donald Trump, ha resucitado el fantasma del “impeachment” sobre Donald Trump. Desde las filas demócratas consideran que existen indicios suficientes como para iniciar un proceso de destitución del presidente, como el que le costó el puesto a Richard Nixon en 1974. De consumarse ese proceso, los analistas consideran que el oro recibiría un enorme impulso, ya que los inversores recurrirían a este metal como activos refugio, ante la inestabilidad geopolítica que generaría la posible destitución de Trump.
A mediados del pasado mes de diciembre, el que fuera abogado de Donald Trump durante más de diez años, Michael Cohen, era condenado a tres años de cárcel, después de declararse culpable de varios delitos, entre los que se incluye mentir bajo juramento en el Capitolio.
Su procesamiento ha puesto de relieve que rebasó los límites para tratar de defender al actual presidente en varios escándalos en los que se había visto envuelto. Las palabras del abogado de Cohe, Guy Petrillo, resultaron muy significativas: “mi cliente ha testificado contra el hombre más poderoso de este país. La investigación del fiscal especial es de importancia capital para este país, no menos que el caso Watergate hace 40 años”.
Desde el Partido Demócrata consideran que existen pruebas suficientes como para iniciar un procedimiento de “impeachment” contra Donald Trump. Una noticia de este calibre sería, sin duda, una fuente de inestabilidad geopolítica que iba a sacudir los mercados financieros mundiales y que, probablemente, supondría el regreso de muchos inversores al oro, como activo refugio en el que confiar en momentos de inestabilidad.
En un artículo publicado en NewsMax, el experto en metales preciosos Mike Fuljenz repasa lo que sucedió con los mercados de capitales y con los metales preciosos en otros momentos en que se puso en marcha un procedimiento de “impeachment” contra un presidente de los Estados Unidos, en concreto, en los casos de Richard Nixon y de Ronald Reagan.
En 1974 dimitió el entonces presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon. Habían transcurrido dos años desde que se produjera el allanamiento en los apartamentos Watergate, que se convertiría en uno de los casos de periodismo de investigación más famosos de la historia.
Durante ese tiempo, la presión conjunta del Congreso y las investigaciones de dos periodistas del Washington Post, Carl Bernstein y Bob Woodward, consiguieron convencer al presidente de que debía dimitir antes de enfrentarse a una votación de “impeachment” en el Congreso que sabía que tenía perdida.
Como señala Fuljenz, entre 1973 y 1974, el Dow Jones industrial cayó un 45%, desde los 1.051,7 puntos, el 11 de enero de 1973, hasta los 577,6, el 6 de diciembre de 1974. Durante esas mismas fechas, el precio del oro se triplicó, desde algo menos de 60 dólares la onza a más de 180.
Durante los años de la presidencia de Ronald Reagan también hubo una amenaza de “impeachment”. Como recuerda Fuljenz, el 6 de marzo de 1987, el representante demócrata por Texas Henry B. Gonzales, presentó una moción contra Reagan por el llamado escándalo Irán-Contra.
Entre 1985 y 1986, el Gobierno estadounidense, presidido por el republicano Reagan, vendió armas al Gobierno de Irán, que estaba en guerra contra Iraq, y financió al movimiento armado conocido como Contra nicaragüense, cuyo objetivo era atacar al Gobierno sandinista del país. Ambas operaciones estaban prohibidas por el Senado de los Estados Unidos, prohibición que se saltó la administración Reagan.
Las declaraciones se sucedieron entre los meses de mayo y agosto de 1987, tras lo cual se reunió un comité del Congreso, encargado de investigar las operaciones, cuyo informe final se publicó en noviembre de este año.
La bolsa estadounidense sufrió a finales de 1987 una importante caída, que la llevó a perder un 36%. En cambio, el precio del oro permaneció plano, en torno a los 480 dólares la onza. Bien es cierto que, en aquella ocasión, el procedimiento no llegó a provocar la caída del entonces presidente estadounidense.
En caso de que se abra un procedimiento de “impeachment” contra Donald Trump, es más que probable que se registre una caída en los mercados de capitales y que los inversores recurran al activo refugio por excelencia, que garantiza la protección del patrimonio en casos de crisis económicas y políticas: el oro.
No sería de extrañar que, ante la eventualidad de una destitución del presidente estadounidense, que generaría una crisis geopolítica global, el precio del oro se viese beneficiado, alcanzando niveles máximos.
En cualquier caso, de momento, se trata tan solo de “política ficción”.