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La producción mundial de oro podría haber alcanzado ya su nivel máximo

Pepitas de oro

Tras más de una década de registrar sucesivos incrementos interanuales, la producción mundial de oro podría comenzar a descender a partir de este mismo año 2019, lo que significa que en 2018 habría alcanzado su máximo histórico, según el último informe de una consultora internacional.

La producción mundial de oro tendrá problemas para superar el récord histórico alcanzado el año pasado, según un análisis de la consultora Wood Mackenzie, en el que se responsabiliza a la drástica reducción de la inversión en exploración después de que el precio del oro se desplomara tras sus máximos de 2011.

El año pasado, la producción mundial de oro volvió a crecer por décimo año consecutivo, estableciendo un nuevo registro histórico gracias al continuo crecimiento de la producción de la minería artesanal y a pequeña escala en los países en vías de desarrollo.

Sin embargo, según Wood Mackenzie, las grandes compañías mineras de oro que cotizan en bolsa se enfrentan ahora a la “posibilidad real” de que el llamado “peak gold” (el nivel máximo de producción de oro) ya se haya registrado, y comience el descenso.

Según la consultora, después de que el oro alcanzara su precio máximo histórico en el año 2011, los presupuestos del sector minero en el apartado de exploración se redujeron de forma drástica y no se han recuperado desde entonces.

Por su parte, desde S&P Market Intelligence afirman que la actividad de nuevos proyectos en el sector de la minería de oro se redujo en una cuarta parte el mes pasado, después de haberse duplicado en agosto, ya que las perforaciones en busca de metal se redujeron a los niveles de principios de este año.

Pese a ello, el oro sigue protagonizando los nuevos descubrimientos en el sector de la minería y acapara 7 de cada 13 anuncios de nuevos yacimientos por parte de compañías cotizadas en los últimos dos meses.

Según el informe de Wood Mackenzie, “el ligero rebote en la actividad de exploración que se registró durante los dos pasado años se ha centrado sobre todo en el área de desarrollo de proyectos ya existentes (brownfield) y en la construcción de minas. Esto no ha sido suficiente para reemplazar al oro que ya se ha extraído, por lo que el hecho de que el suministro minero haya llegado a su máximo es una posibilidad real”.

La vida media de una mina de oro se sitúa en torno a los 11 años, según el análisis de la consultora, cifra que era de 16 años cuando el precio del oro alcanzó su media anual más alta en dólares, en el año 2012.

Fusiones y adquisiciones

Mientras la inversión en actividades de exploración se reduce cada vez más, en el ámbito de las fusiones y adquisiciones, la industria del oro es cada vez más activa, y eso que aún no se ha cerrado ningún acuerdo por parte de las compañías chinas, que llevan tiempo peinando el mercado internacional en busca de oportunidades de compra.

Solo en los últimos 12 meses se han llevado a cabo importantes operaciones protagonizadas por los dos gigantes de la industria del oro: Barrick Gold, la primera minera mundial en 2018, adquirió Randgold Resources (la decimoquinta) y Newmont Mining (segunda) se fusionó con Goldcorp (la cuarta).

Según el informe de Wood Mackenzie, a fecha 9 de octubre, ambas compañías contaban con una capitalización bursátil de 32.600 millones de dólares. La consultora asegura que van a seguir registrándose fusiones y adquisiciones en el sector, particularmente entre las compañías de tamaño mediano.

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