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La que se avecina: el Brexit se inicia el 29 de marzo

Ya ha saltado a las primeras páginas de los rotativos en papel y de las emisiones online: la primer ministro británica Theresa May ha dado el pistoletazo de salida para la ruptura europea, poniendo en marcha la decisión mayoritaria (un 52%) de los ciudadanos del Reino Unido sobre el Brexit o salida de la Unión Europea.

A partir de ahora, Theresa May invocará finalmente el Artículo 50 del tratado para salir de la Unión Europea el próximo 29 de marzo. Una vez remitida a Bruselas la confirmación de la decisión del Reino Unido de salir de la UE, los ministros de exteriores y los parlamentos iniciarán formalmente las negociaciones que concluirán dentro de dos años, en 2019.

¿Qué repercusiones habrá en el sector de los metales preciosos, sobre todo en el del oro?

Pasados unos meses desde la votación que tuvo lugar el 24 de junio de 2016, aún se desconocen las consecuencias económicas que tendrá la salida británica, aunque después del referéndum ya se notaron inmediatamente algunos efectos como la subida del precio del oro. De hecho, en las primeras horas en que se supo que el sí a la salida de la Unión era la opción mayoritaria de los británicos, el precio de la onza de oro se elevó desde los 1.266,75 dólares hasta los 1.313,85 dólares la onza, de un día para otro (de las 850,96 libras del 23 de junio a las 945,57 libras del mismo día 24 de junio, y tres días después alcanzó las 996,36 libras en el London Bullion Market Association).

Unos indicios que se fueron consolidándose a lo largo de los meses siguientes, ya que durante julio y agosto de 2016 el oro alcanzó las 1.040 libras por onza, casi 1.200 euros y unos 1.350 dólares.

Ahora, cinco meses después, en el momento de la declaración de ruptura a partir del 29 de marzo próximos, el oro se cotiza a 989 libras, equivalentes a 1.232 dólares la onza.

No cabe duda de que volverá a haber una subida inminente del precio del oro, aunque desde el otro lado del Atlántico pueda frenarse un poco debido a la subida de interés de la Reserva Federal.

El motivo principal de esta alza se deberá a la incertidumbre generada por esta nueva situación tras el Brexit, pues los inversores se refugiarán en un activo que consideran como muy seguro como es el oro.

 

 

Cuando Gran Bretaña votó por abandonar la Unión Europea, los pensamientos de decenas de miles de ciudadanos ingleses, galeses, escoceses e irlandeses del norte se dirigieron inmediatamente a la salvaguarda de los fondos familiares.

Tres días después, cuando las acciones del Reino Unido y la libra esterlina se desplomaron, pusieron sus pensamientos en acción y depositaron parte de sus ahorros, con una media de unas 25.000 libras, en oro.

Los distribuidores y comerciantes fueron testigos de una cantidad sin precedentes de interés en el oro. De ahí que, gran parte de los compradores, y la mayoría por primera vez, aprovecharon el metal precioso por su papel como un refugio seguro en tiempos de inseguridad.

“La velocidad a la que la gente compra oro no tiene precedentes”, decía entonces en los medios de comunicación Joshua Saul, CEO de The Pure Gold Company, donde muchos inversionistas compraron sus monedas de oro Britannia.

“Estamos viendo a la gente convertir tanto como 40 a 50 por ciento de su patrimonio neto en oro físico, (en comparación con) 5 a 10 por ciento en el pasado”, dijo.

El mayor productor gubernamental de lingotes y monedas de inversión o bullion, la Royal Mint, registró un aumento de 7 veces en ventas de lingotes de 100 gramos, que costaron alrededor de 4.400 dólares en las dos semanas posteriores a la votación del 23 de junio.

Unos 4 millones de libras esterlinas (5,5 millones de dólares) de oro y plata se negociaron online en diferentes plataformas con sede en Londres el fin de semana del 25 al 26 de junio, siete veces el fin de semana promedio de los 12 meses anteriores.

El número de compradores por primera vez en el Reino Unido aumentó en un 170 por ciento en junio y en la primera semana de julio de 2016, en comparación con el promedio diario de 12 meses anterior.

No es la primera vez que los británicos han acudido masivamente a los concesionarios y proveedores de oro. Con anterioridad el oro vio la subida de sus ventas en las fases iniciales de la crisis subprime, a finales de 2008, y durante la crisis de la deuda de Europa en 2012 y 2013. Pero el interés por el metal precioso se disipó rápidamente. Esta vez podría ser diferente y el consumo podría tener continuidad en un futuro a corto y medio plazo.

A lo mejor, lo que será malo para Europa será bueno para el oro.

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