La ratio petróleo/oro, es decir, la cantidad de barriles de petróleo que se necesitan para comprar una onza de oro, se encuentra en su punto más bajo desde que comenzó el año 2017, con apenas 20.
La llamada ratio petróleo/oro es una magnitud utilizada por algunos analistas del mercado como indicador de la confianza de los inversores e incluso como alerta ante la posibilidad de que se desencadene una crisis financiera.
Cuanto más baja es la ratio, mayor es el optimismo acerca del crecimiento global y también mayor el apetito de los inversores por inversiones de mayor riesgo.
Esta proporción ha caído a su nivel mínimo desde la primera semana de este año, alrededor de 20, desde un nivel de 27 en el pasado mes de junio, bastante por debajo del máximo de 42 alcanzado en febrero de 2016, cuando el crudo Brent atravesaba su peor crisis de precios en más de 13 años.
En palabras de Ole Hansen, analista de Saxo Bank, a Reuters, esta ratio es una forma no académica de expresar que el mercado tiende más hacia el riesgo que hacia la protección.
La relación entre el petróleo, el oro y lo que se ha dado en llamar el sentimiento de los inversores ha quedado distorsionada desde finales de 2014, cuando se disparó el suministro de petróleo, hundiendo los precios durante los siguientes 18 meses a su nivel mínimo en una década, y ello a pesar de que la demanda mundial seguía siendo importante.
En la actualidad, el suministro y la demanda de petróleo están equilibrados, por lo que la tradicional relación entre el petróleo y el oro está resurgiendo. El precio del oro ha crecido un 11% en lo que llevamos de 2017, hasta alrededor de 1.275 dólares la onza, mientras que los futuros sobre el crudo Brent han crecido alrededor de un 9%, su máximo en dos años, por encima de los 60 dólares el barril.
Los analistas coinciden en que el oro se va a enfrentar a una nueva subida de tipos de interés por parte de la Reserva Federal estadounidense, mientras que el petróleo se está beneficiando de un recorte coordinado entre los mayores exportadores del mundo, que siguen fieles al acuerdo alcanzado hace 10 meses de restringir la producción a 1,8 millones de barriles al día.
Ahora que las mayores economías mundiales están creciendo a niveles que no se han visto en los últimos años, que la Eurozona está alcanzando a los Estados Unidos y que la confianza de los inversores se está incrementando, la ratio petróleo/oro puede caer todavía más.