La London Bullion Market Association (LBMA) acaba de publicar su informe correspondiente al tercer trimestre del año, en el que hace un repaso de la evolución del precio del metal durante lo que llevamos de año. Según el informe, la caída del precio durante el mes de septiembre se atribuye en parte al deseo de los inversores de recoger beneficios, aprovechando el alto nivel alcanzado durante el mes de agosto.
Según el informe de la London Bullion Market Association (LBMA) correspondiente al tercer trimestre del año, el precio del oro subió en ese trimestre desde los 1.768,10 a principios de julio a 1.886,90 a finales de septiembre, lo que supone una ganancia del 6,7% en el periodo y del 23,89% desde enero.
Unas cifras que, según la LBMA, no reflejan adecuadamente el que ha sido el rally alcista más importante desde que comenzara a registrarse el precio diario del oro, hace algo más de un siglo.
En efecto, como señala el informe, durante cinco días del mes de agosto y a causa de la preocupación por el posible colapso global de la economía a causa del Covid-19, el precio del oro en Londres superó los 2.000 dólares la onza, tocando techo el 7 de agosto, con 2.067,25 dólares la onza.
Este precio se quedó ligeramente por debajo de la previsión más alta (2.080 dólares la onza) realizada por los analistas en la encuesta anual que la LBMA realiza sobre los precios de los metales preciosos, y que se publicó a finales de enero.
La barrera de los 2.000 dólares la onza cayó durante la subasta de la tarde del 5 de agosto, pero ya había sido anunciada por los excepcionales volúmenes que se habían negociado en el mercado en los días anteriores. En especial, el 29 de julio, cuando una cifra récord de 89,4 millones de onzas (2.780,6 Tm), valoradas en 174.300 millones de dólares, cambiaron de manos en apenas unas horas.
En comparación, la media diaria de oro negociado durante el trimestre ha sido de 36,3 millones de onzas (1.129 Tm), valoradas en 69.530 millones de dólares.
Como señala el informe de la LBMA, esas cifras récord que se registraron en agosto se desvanecieron con la llegada del otoño: la última vez que el precio del oro estuvo por encima de los 2.000 dólares la onza fue el 18 de agosto.
Desde entonces, el oro ha caído un 8,6% respecto a su cifra más alta, con unos volúmenes de negociación por debajo de la media diaria de 2020 a finales de septiembre.
Según el informe, “se puede debatir sobre si el movimiento del precio en septiembre refleja la recogida de beneficios o tal vez la mejora (dentro de la gravedad) de las estadísticas económicas de Estados Unidos y otros países, pero aunque sea así, los mercados de capitales no han reaccionado positivamente, con el S&P 500 cayendo cerca de un 4% a lo largo del mes. O tal vez los inversores y traders consideran la pandemia como una nueva normalidad y la inercia se abre paso”.
Respecto a la plata, desde la LBMA reconocen que los inversores en este metal se han llevado incluso mayores alegrías que los de oro en lo que llevamos de 2020. “También en la plata hubo cinco días espectaculares en verano, cuando el precio de la plata en Londres superó los 28 dólares la onza (cuatro en agosto y uno en septiembre) y llegó a su máximo anual de 28,885 dólares (un nivel que no se veía desde el primer trimestre de 2013), lo que representaba una revalorización del 60% en lo que llevamos de año”, apunta el informe.
Al igual que el oro, conforme se acercaba el final del trimestre, el precio de la plata iba disminuyendo, hasta cerrar el periodo a 23,725 dólares la onza.