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La refinería Metalor desarrolla un sistema para verificar el origen del oro que procesa

Fundido de oro en una refinería de Metalor

Uno de los retos a los que se enfrentan las refinerías es la trazabilidad del oro que utilizan como materia prima y que tiene como objetivo garantizar que no procede de minas ilegales ni sirve para blanquear capitales o financiar a grupos criminales o a las partes enfrentadas en un conflicto bélico. Se trata de una cuestión muy seria, sobre la que cada vez más países y organizaciones internacionales están regulando.

En este entorno, las refinerías de metales preciosos tienen que ser extremadamente cuidadosas con la materia prima que procesan, ya que se juegan perder su certificación “Good Delivery” por parte de la London Bullion Market Association.

Los avances tecnológicos y la investigación tienen un papel importante en este nuevo esfuerzo por garantizar la procedencia del metal refinado. Un ejemplo de ello es la refinería Metalor, propiedad del grupo japonés Tanaka, que ha desarrollado un nuevo procedimiento para confirmar de forma rápida y segura dónde se ha extraído el oro que va a procesar, impidiendo de esta forma que el oro extraído de forma ilegal llegue a entrar en la cadena de suministro.

Metalor, que cuenta con plantas de refinado en Estados Unidos y Asia, ha desarrollado este método durante los dos últimos años, en una investigación conjunta con la Universidad de Lausana.

Según explican desde Metalor, la técnica se basa en la toma de muestras de oro de una mina o compañía suministradora, para crear un complejo pasaporte químico y físico del material, de forma que sirva de elemento de comparación con cargamentos posteriores de mineral procedentes de la misma explotación.

Así, al comprobar este pasaporte en todos los cargamentos de oro que se reciben, será posible detectar si parte de este metal procede de una fuente diferente, no identificada en la base de datos de muestras de la refinería. Desde Metalor han denominado a este método “pasaporte geoforense”.

Según explica Metalor en la información facilitada a los medios, este análisis de las características físicas y químicas del oro recibido no se podía realizar antes, ya que se trataba de un proceso demasiado complicado como para aplicarlo a todo el oro recibido por la refinería.

Hasta ahora, los métodos puestos en práctica por otras compañías para garantizar la procedencia del metal recibido se basaban en la trazabilidad del cargamento, en lugar de en el análisis del oro, por lo que el nuevo sistema desarrollado por Metalor constituye un importante paso adelante para la detección del oro ‘problemático’. Un sistema, además, que puede ser utilizado por cualquier refinería.

Aunque el método desarrollado por la refinería suiza y la Universidad de Lausana no puede identificar los orígenes del oro que ya ha sido refinado, podría ayudar a combatir el envío de oro ilegal, ya los comerciantes que lo hacen llegar a las refinerías tendrán mucho cuidado en afirmar que procede de explotaciones de las que existen muestras. Es decir, puede tener un importante efecto disuasorio para los intermediarios.

Este tipo de fraudes son habituales en zonas de Sudamérica y de África, donde la minería ilegal a pequeña escala extrae el oro, provocando grandes daños medioambientales, y el metal acaba siendo comercializado por organizaciones criminales y grupos armados, que lo utilizan para financiarse.

De hecho, numerosas refinerías, Metalor entre ellas, se han visto obligadas a dejar de trabajar con algunos suministradores que, con conocimiento o sin él, han proporcionado oro procedente de lugares en conflicto.

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