La Reserva Federal estadounidense volvió a actuar de urgencia este domingo, 15 de marzo, ante el agravamiento de la crisis del coronavirus, bajando los tipos de interés un punto porcentual, hasta dejarlos próximos a cero y comprometiéndose a poner en marcha un programa de recompra de bonos por valor de al menos 700.000 millones de dólares.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, explicó a la prensa (reunida de forma telemática) que el impacto de la crisis del coronavirus tanto en vidas humanas como en los negocios va a provocar una ralentización del crecimiento de los Estados Unidos en el segundo trimestre del año, y que es difícil prever hasta cuándo van a dejarse sentir sus efectos.
Por ello, la Fed va a encaminar su futura política fiscal a tratar de amortiguar el golpe en la economía estadounidense. “La única política fiscal que podemos llevar a cabo es la que llegue directamente a las industrias y trabajadores afectados, y eso es lo que vamos a hacer. Sabemos que el virus seguirá su camino y que la economía estadounidense recuperará su nivel normal de actividad. Mientras tanto, la Fed utilizará sus herramientas para garantizar que fluya el crédito”, afirmó Powell.
De momento, la Fed ha hecho uso de algunas de sus armas más poderosas: el tipo de interés oficial se encuentra ahora situado entre 0 y 0,25%, igualando el nivel más bajo alcanzado durante la crisis financiera de 2008, que se mantuvo hasta diciembre de 2015.
Pero el organismo que lleva a cabo la política monetaria en los Estados Unidos también ha anunciado una batería de acciones adicionales, como permitir que los bancos tomen prestado dinero en las ventanas de descuento durante 90 días y reducir al 0% las ratios de requerimientos de reservas.
Además, se ha unido a otros cinco bancos centrales mundiales para asegurarse de mantener un flujo de dólares disponible hacia el mundo, por medio de líneas de swap.
Respecto a los tipos de interés negativos que ya se están aplicando en Europa y Japón, Powell considera que no constituyen una política monetaria apropiada para los Estados Unidos.
La decisión de la Fed ha sido muy bien acogida por el presidente estadounidense Donald Trump, habitualmente crítico con la gestión de Powell al frente de la Reserva Federal. De hecho el día antes de la bajada de tipos, el sábado 14 de marzo, Trump criticó a Powell por no bajar los tipos con mayor rapidez y antelación.
Al conocerse la decisión de la Fed, Trump mostró su apoyo a la medida: “me hace muy feliz y quiero felicitar a la Reserva Federal. Es un importante paso y estoy satisfecho de que lo hayan dado”.
En cuanto a la reacción de los mercados, los bonos del Tesoro han subido y las acciones han caído a comienzos de otra semana que se va a caracterizar por su volatilidad, mientras los inversores reaccionan al aumento del impacto económico de la epidemia de coronavirus.
Por su parte, el precio del oro también ha reaccionado a la baja. El metal cerró la sesión del viernes, 13 de marzo, en la London Bullion Market Association (LBMA) a 1.562,80 dólares la onza, debido a que los inversores deshicieron posiciones en oro para compensar sus pérdidas en otros activos.
A primera hora de la mañana de este lunes, 16 de marzo, el precio spot se situaba en torno a los 1.536 dólares la onza.
Impacto del coronavirus
La intervención de emergencia de la Fed se produce después de que los indicadores apunten al daño que puede causar el coronavirus a la economía estadounidense. Como informan desde Bloomberg, en varios estados han comenzado los cierres de bares y restaurantes, las líneas aéreas han reducido los vuelos internacionales y muchas empresas han ordenado a sus empleados que trabajen desde casa.
Mientras se extienden estas medidas restrictivas por todo el país, aumenta el riesgo de que la economía entre en recesión. Desde Goldman Sachs han revisado a la baja la previsión de crecimiento del PIB de EEUU, a un 0% en el primer trimestre y -5% en el segundo.
Hay que recordar que, para que una economía entre en recesión, es necesario que se produzca una reducción del PIB durante al menos dos trimestres consecutivos, por lo que, de cumplirse las previsiones de Goldman Sachs, Estados Unidos podría entrar en recesión si en el tercer trimestre se registra un nuevo decrecimiento del PIB.
Aunque la Reserva Federal está haciendo uso de sus principales armas para evitar esta recesión, los economistas creen que sin una respuesta contundente por parte del Gobierno, el récord de 11 años consecutivos de crecimiento económico en los Estados Unidos podría verse amenazado.
Esta nueva bajada de tipos de la Fed se produce menos de dos semanas después de que decidiera recortar los tipos en medio punto, en una decisión de urgencia que no logró calmar los nervios de los inversores, ya que no se vio acompañada de medidas políticas por parte de otras autoridades.